18.12.09

e...festivamente

Tomo el título de una ocurrencia de Ana, compañera de trabajo con la que comparto mesa y buenos ratos entre rutina y rutina.

Resulta que, acostumbrados a que las basílicas sean en la actualidad un tipo de iglesias cristianas, nos olvidamos de que, en su origen, se trataba de grandes edificios que los romanos utilizaban para actividades comerciales y judiciales, una suerte de foro bajo techo. Su propio nombre significa "(vestíbulos o salas) reales". Pues bien, cuando los cristianos dejan de ser perseguidos y su número se va haciendo cada vez mayor, ante la imposibilidad de utilizar para sus rituales los templos de la religión romana, se apropian del amplio espacio de las basílicas, convirtiéndolas en iglesias. Todavía puede sentirse en basílicas como la de Santa Maria Maggiore* en Roma, al igual que en el espléndido Panteón, la presencia del viejo paganismo latiendo en las columnas.


Por suerte el paganismo ha vuelto, al menos otro paganismo, de modo que hoy por hoy la propia basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano la invaden cada día no tanto los peregrinos o los devotos cristianos que cabría esperar, sino hordas de fieles de la nueva religión de nuestro tiempo, el consumismo (que en este caso se manifiesta en forma de turismo, otro modo más de consumir).


Otro tanto ha ocurrido con este periodo festivo de las navidades, en el que ya prácticamente nadie celebra plenamente el hecho de la natividad, nacimiento o parto de cierto bebé, el famoso Jesús al que otros llamarían luego "Cristo", es decir, el ungido. Todo es consumo, gasto, derroche... y bien que me alegro de ello. El cristianismo, que usurpó las fechas de las fiestas paganas para poner las de sus santos o la del alumbramiento de su mesías, se ve desplazado por la navidad contemporánea, hedonista y obscena.

Pensándolo bien, es curioso que intentemos desconectar de la rutina durante las semanas que circundan estas fiestas, y que hagamos otro tanto durante las vacaciones de verano, o en Semana Santa... Como si necesitáramos estar de fiesta casi la cuarta parte del año.



Dicho lo cual, os deseo unas felices fiestas de solsticio de invierno (la semana que viene los días volverán a ser más largos poquito a poquito) y un estupendo MMX / 2010.

(* Las 3 imágenes son de SMM, y se encuentran en WikiCommons o en Panoramio)

2 comentarios:

Andrés Tobías dijo...

Se ve que la Navidad te inspira... menuda homilía. No sé si habrá mucho derroche en estos tiempos de crisis, pero me ha gustado eso de la Navidad "contemporánea, hedonista y obscena" - suena fenomenal; ¿dónde se encuentra? Y si el turismo es la nueva religión, aspiro al cardenalato como mínimo. Felices fiestas.

Jorge dijo...

¿Que dónde se encuentra? En todas partes: bares, restaurantes, tiendas, centros comerciales, toda la televisión... Consumir, comprar, gastar, comer y beber, atiborrarse, disfrutar, recordar y olvidar... Y, como digo, no me parece mal: es la religión de nuestro tiempo, hedonista y obscena (es decir, "a la vista, en el escenario") como la propia sociedad que la practica.