Del 22 al 26 de diciembre, en plenas fiestas navideñas, estuvieron con nosotros Tatsúo y Masumi, dos amigos japoneses. A Tatsúo lo conocí hace años en un congreso mundial de esperanto en Valencia, luego coincidimos en otro congreso en Montpellier, después Chen y yo nos encontramos con ellos en Kioto durante nuestra luna de miel en el país del sol naciente (¡vaya contrasentido!), y ahora ha sido el momento de que ellos nos visitaran en Madrid. Aquí vemos a Tatsúo con Ricardo y Félix, dos figuras del mundillo del esperanto en Madrid, una noche que quedamos con ellos para cenar en un bar de referencia de nuestro barrio.
Como otros amigos en ocasiones anteriores, Masumi también participó en la ceremonia de echar el corcho de la botella de tinto recién descorchada en la garrafa que a tal efecto tenemos en casa.
La noche del 24 (es decir, en Nochebuena) me tocó trabajar cortando pan y preparando los embutidos...
Tatsúo me regaló una yukata, especie de albornoz-kimono que se utiliza después del baño y, por lo general (en Japón), antes de acostarse.
Con ellos yo hablaba esperanto, Chen a ratos inglés... aunque con Masumi lo que a veces hacían era escribir (en el aire o, como en este caso, en la palma de la mano) el ideograma chino común a la escritura de las lenguas china y japonesa (por ejemplo, los mismos ideogramas que significan "sol naciente", en japonés se leen [ni-jon] o [ni-pon], pero en chino [ri-pen]).
Con ellos hemos pasado unas muy curiosas navidades, de las que perduran en casa como recuerdo las figuritas de origami que, en papel de diversos colores, estuvieron doblando y requetedoblando Masumi y Chen durante una de estas tardes.
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