A principios de diciembre estuvieron unos días en casa dos amigas taiwanesas, Cecilia y Fátima. Por alguna razón Chen y yo no tenemos ahora fotos de ellas, pero ya aparecerán por aquí cuando las recibamos. De quienes sí tenemos es de Tzu-Wen, compañera de Chen en la universidad, que nos visitó días más tarde en compañía de su marido David y sus hijos Lu-Lu y Chen-Lu.
Henos aquí a todos, distribuidos por géneros...
El inofensivo panecillo de la primera foto cobra, visto en primer plano, el aspecto de un bicharraco amenazante, o de un incomprensible pez abisal.
Aquí vemos a los dos hermanos, con Chen parapetada tras la tapa de su portátil.
Cambiando de tema, uno de estos fines de semana visitamos a mi primo Francisco Javier y familia. Pues bien, resulta que sus hijos juegan con los mismos soldaditos de plástico que se vendían en sobres de papel con los que jugaba yo de pequeño (y cuando digo los mismos me refiero a que son las mismas piezas, pues yo jugaba con Ricardo, otro primo mío, hermano menor de Francisco Javier; al contrario que yo, ellos sí han conservado sus hormigueantes ejércitos de variados colores).
¿Y a qué viene este chute de nostalgia? Pues a que son las dichosas fiestas de fin de año, a qué si no...
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