Escribe César Mallorquí en una entrada de su blog: "En fin, dado que, según una opinión muy extendida en Internet y entre los mayas, sólo faltan dos años para el fin del mundo, ¿por qué no aprovechamos el tiempo que nos queda? Ahora que lo pienso, creo que ese es un buen deseo para el año que comienza: vivid como si sólo os quedaran dos años de existencia. Haced lo que nunca os habéis atrevido a hacer y decid todo lo que hasta ahora os habéis callado. Y, si después de eso no os han metido en la cárcel, ¡feliz año nuevo!"
A lo que yo le respondo con un breve comentario: "Igualmente, César... pero yo por mi parte haré como si me quedaran dos mil años de vida, para no agobiarme." Idea que ya recogía en parte al menos otra entrada de mi blog, y creo que ya en otra ocasión critiqué la lectura capitalista y consumista que se hace ahora de la expresión carpe diem: (mal)gastar y (des)aprovechar el tiempo, incluso invertirlo...!!!
A lo que yo le respondo con un breve comentario: "Igualmente, César... pero yo por mi parte haré como si me quedaran dos mil años de vida, para no agobiarme." Idea que ya recogía en parte al menos otra entrada de mi blog, y creo que ya en otra ocasión critiqué la lectura capitalista y consumista que se hace ahora de la expresión carpe diem: (mal)gastar y (des)aprovechar el tiempo, incluso invertirlo...!!!
1 comentario:
Me encanta la idea de ser capaz de esperar el fin del mundo como la chica del cuadro. ¡Qué fin más placentero, pausado y feliz!
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