Dos amigas taiwanesas, Eva y Wèn, se han quedado en casa un par de noches, camino de Italia. Aquí las vemos, absortas, en una de las cenas.
¿Qué sería lo que escuchaban con tanto interés y concentración?
Pues a la anfitriona, Chen, mientras yo tiraba fotos y más fotos al tiempo que intentaba pillar algo de chino con el piloto automático.
Y así estuvimos, hasta bien entrada la noche, con música, vino, licores y (supongo) una fascinante conversación.
1 comentario:
Gracias amigo la verdad es que soy un despistado... se agradece el gesto
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