"En cierta ocasión, un joven jardinero del emperador de Persia vio a la Muerte en el jardín y, preso de pánico, buscó refugio en el palacio.
-Amo -dijo al emperador- ¡sálvame! Acabo de encontrarme con la Muerte y me ha hecho un gesto de amenaza. Esta noche debo estar en Ispahán.
El emperador le regaló su caballo más veloz, un corcel blanco. Por la tarde, también él encuentra a la Muerte en el jardín y le pregunta:
-Muerte, esta mañana, ¿por qué hiciste a mi sirviente predilecto un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Lo vi aquí, en Bagdad, esta mañana, y yo debo tomarlo esta noche en Ispahán."
"Nagasaki
Me llamo Yanajido. Trabajo en Nagasaki y había venido a ver a mis padres en Hiroshima. Ahora ellos han muerto. Yo sufro mucho por esta pérdida y también por mis horribles quemaduras. Ya sólo deseo volver a Nagasaki con mi mujer y mis hijos.
Dada la confusión de estos momentos, no creo que pueda llegar a Nagasaki enseguida, como sería mi deseo; pero sea como sea, yo camino hacia allá.
No quisiera morir en el camino. ¡Ojalá llegue a tiempo de abrazarlos!"
1 comentario:
Me encantaron estos relatos. Me has dado buenas ideas para la segunda edición del Concurso Nacional de Cuento que estoy organizando en mi país. Te mando un abrazo. Gracias por incluirme en tus pensamientos maravillosos.
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