El Roto, como siempre, genial... De hecho, parece como si volara al encuentro de la pintada que capturé en Venecia (¿o se tratará del reflejo en un espejo?).
30.12.08
29.12.08
Venecia
Acabamos de volver de Venecia, donde hemos pasado tres noches, del día 25 al 28. Yo ya había estado allí varias veces, primero como turista y luego como guía, hará entre 15 y 20 años, pero Chen todavía no conocía Italia. Por suerte no nos han pillado ni la lluvia ni el acqua alta de hace unas semanas; los días han sido fríos, muy fríos, pero soleados y luminosos. Lamento que apenas veáis la vieja y hermosa ciudad de Venecia en estas fotos, pero he de confesar que el arte de la fotografía no es lo mío y que haréis mejor en imaginárosla vosotros solitos (con lo que de paso desaparecerán de la imagen las decenas de millares de turistas que, como nosotros, la abarrotan día tras día durante todo el año).
Aquí veis a Chen en el traghetto, especie de góndola grande que, por medio euro, permite cruzar el Gran Canal en determinados puntos alejados de los 4 grandes puentes, como si se tratara de una pasarela o un paso subterráneo (las góndolas propiamente dichas son el equivalente, por ejemplo, de un paseo en coche de caballos por el centro de Sevilla, obviamente con un precio muy superior, de varias decenas de euros).
Los italianos han conseguido difundir su comida por todo el mundo, sobre todo la pasta y la pizza, que, sin embargo, en Italia suelen ser respectivamente primer plato y tentempié. Una de las noches cenamos pizzas en la osteria y trattoria Al Nono Risorto, al lado de nuestro hotel (Il Nido di Giulietta e Romeo, en Campo San Cassian). Claro que también hemos probado segundos platos de carne o pescado, así como los cicchetti o tapitas y los antipasti o entrantes como las sarde in saor (sardinas en escabeche) y el baccalà mantecato, acompañados de vino tinto, blanco o el prosecco (blanco espumoso) típico de Venecia. En esta foto brinda conmigo el muy amable y divertido jefe de la taberna Vinus Venezia, justo enfrente de la igualmente recomendable osteria Al Pantalon, junto al Campo San Rocco.
Pongo esas fotos para daros sólo momentánea y superficialmente la razón a los que erróneamente pensáis y afirmáis que Chen y yo estamos todo el tiempo viajando y zampando. No es cierto; lo que ocurre es que éstas son las imágenes más personales, diferentes de las fotos de canales, puentecitos y góndolas que podéis encontrar en otros blogs, libros y guías. Reconozco que no hemos visitado ningún museo, y que la basílica de San Marcos la hemos visto sólo desde fuera; yo pensaba visitar el Museo de Arte Erótico, pero parece que ha cerrado para siempre ("finito", me dijo el camarero al que pregunté). Fuimos a la isla de San Giorgio Maggiore y vimos varios cuadros, entre ellos uno de Tintoretto, La última cena (vaya, otra vez topamos con el dichoso tema de la comida). Al menos una tarde, mientras buscaba obras de Zoran Music para mi amiga Silvia, recorrí los tres locales de la galería Contini, en el primero de los cuales estuve casi una hora hablando en italiano (bueno, más bien en latín vulgar) con una italiana muy simpática, enamorada del escultor Igor Mitoraj, y que luego resultó ser rusa (casada con un veneciano, por cierto). En fin, que si lo que queréis es arte, lo único que puedo ofreceros es la captura de una pintada alusiva a la base de los EEUU en Vicenza:
Para terminar, un brindis desde la osteria Anice Stellato, en Cannaregio. Chen toma tinto, y yo, spritz, aperitivo veneciano introducido por los austriacos en el siglo XIX y que consiste en prosecco, soda y bitter (en este caso, Aperol).
¡Feliz 2009! ¡Salud y alegría!
24.12.08
21.12.08
feliz solsticio
Hoy, 21 de diciembre, es el solsticio de invierno, la noche más larga y el día más corto del año, origen de Yule y tantas otras fiestas paganas, así como de la Natividad cristiana que las suplantó y de las navidades mundanas que sucedieron a ésta. A partir de hoy el hemisferio norte de la tierra (es decir, el nuestro) se aproxima de nuevo al sol, de modo que los días volverán a ser poco a poco cada vez más largos, luminosos y cálidos. Os deseo a todos un feliz solsticio y unas fiestas igual de estupendas.
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9.12.08
hablemos de cochinillo
El pasado sábado fuimos con un grupo de amigos (Franco, Marga, Bernardo, Marisa y Leo) al restaurante El Horno de San Juan, en Adrada de Pirón, aldea cercana a Brieva, en la provincia de Segovia. Vale la pena probar las especialidades de su horno de leña, como el cochinillo, así como la morcilla, las croquetas caseras etc.
Aquí se nos ve con dos amigos, Leo y el cochinillo, momentos antes de hincarle el diente al segundo.
Para la eterna sobremesa, los licores caseros con base de orujo, espectaculares, especialmente el de sabor a mejorana (otros sabores: café, poleo, moras...). Todo es casero en el Horno de Don Juan (empezando porque las mesas se encuentran en diferentes habitaciones de una casa del pueblo, a la manera de reservados), y por eso os lo recomiendo. Abren sólo los fines de semana a mediodía, y se puede reservar llamando a los números 921 40 40 01, 91 613 21 49 ó 676 31 15 31.
5.12.08
hablemos de libros
Hablemos de libros (nuestros otros amigos), no sólo de comidas sencillas y exquisitas. Desde hace unos diez o quince años, es decir, desde los cuatro años que viví en Bruselas, tengo en casa muchos libros, quizá demasiados, gran parte de ellos aún pendientes de lectura. Ya casi no compro ninguno, y en los últimos tiempos aprovecho para sacar lo que me apetece leer bien de la biblioteca municipal más cercana, bien de la universitaria de Humanidades. De ésta me he traído el estudio Teoría de la expresión poética (1ª ed. 1952; 2ª ed. 1976), al que en cierto modo venía siguiendo la pista desde que su autor, el poeta Carlos Bousoño, diera una interesantísima charla sobre la materia en el instituto donde cursé el bachillerato, el Gregorio Marañón, allá por 1982 ó 1983. Más vale tarde que nunca, y nunca es tarde si la bicha es buena... y ésta lo es, sin duda, a juzgar por las 60 páginas que he leído de las casi 1 100 de que constan sus dos volúmenes.
Alterno esta lectura con la de Ombroj de la kvara dimensio (Sombras de la cuarta dimensión), primer libro de poemas en esperanto del surafricano Edwin de Kock, publicado por el gran editor Juan Régulo (¡hola, amigo, allá donde te encuentres!) en La Laguna de Tenerife en 1961. Se trata, de hecho, de la relectura de uno de mis poetas preferidos.
El pasado fin de semana llevé a Extremadura un libro que había comprado antes de 1995, del siempre estimulante y ameno escritor José Ortega y Gasset (sí, escritor además de filósofo):
Ya sé que el título de El libro de las misiones no anima especialmente a su lectura; como si fuera a hablarnos de misioneros jesuitas o franciscanos en alguna selva de América Latina... Pues no. De hecho, me quedé de piedra al leer hace semana y media el índice de la obra, como si me hubiera estado esperando estos quince o veinte años pacientemente agazapada en el anonimato de la estantería:
Sería difícil recomendar un libro más pertinente y actual, con sus 160 páginas escritas antes de 1940, para todo aquel que se interese no ya por las bibliotecas, la universidad y la traducción (y no sólo desde un punto de vista o interés meramente gremial o profesional), sino también por las humanas actividades de hablar y callar, decir y significar, escribir y leer.
4.12.08
fin de semana en La Vera
El pasado fin de semana estuvimos con Lin y Cristóbal en la tierra del pimentón, al norte de Extremadura. Hizo bastante frío, como en Madrid, de modo que el sábado sólo visitamos el Carrefour de Plasencia (aunque, como no paramos de decir durante gran parte del tiempo, "Salir, ¿pa'qué?"). El domingo mejoró el día, el sol salió y con él también nosotros a dar una vuelta por el campo. Aquí vemos a Chen con un par de caballos jóvenes (no como yo, que soy caballo viejo). Las fotos no siguen el orden cronológico, pero qué más da. Se trata de que veáis que, en el interior de la casa, unas patatas a lo pobre con huevo frito sientan estupendamente:
Con tan rica comida, buen vino, excelente compañía, la botellita de calvados y la estufita calentando, salir... ¿pa'qué? Bueno, y ahora viene el chiste fácil: a ver si distinguís al burro.
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