1.7.08

política y cine

Menos mal que ya ha terminado en Madrid el despliegue deportivo-folclórico de banderas rojigualdas. Como bien dice Javier Ortiz en un texto escrito ayer, la España roja es (¿fue?) otra:

http://www.javierortiz.net/jor/apuntes/todos-con-espana

Os recomiendo también su columna del mismo día en el periódico Público, acerca de la política del gobierno de Zapatero en temas económicos:

http://www.javierortiz.net/jor/dedo/la-opcion-de-solbes

Como escribía hoy a Felip y a unos amigos italianos, cada vez hay menos diferencias entre, digamos, el derechizante Zapatero y Angela Merkel. De todos modo, los sigo prefiriendo a Putin o Berlusconi, o a Aznar, nuestro querido Aznar, ahora ninguneado por su antiguo protegido Rajoy el Transformer.

Ojalá tanta gente se movilice contra la propuesta de jornada laboral de 60-65 horas semanales:

http://www.firmasonline.com/1firmas/camp1.asp?C=1565

O contra la infame Directiva de retorno (es decir, de guantanamización de los inmigrantes sin permiso de trabajo o residencia, niños incluidos), apoyada por la mayor parte de los eurodiputados socialistas españoles (toma voto útil al PSOE).

O en pro de la enseñanza y la sanidad públicas, en particular en Madrid:

http://www.casmadrid.org/

http://www.colectivolorenzoluzuriaga.com/Plataforma.htm

Cambiando de tema, y ante el próximo estreno de la versión estadounidense de la película Funny Games, dirigida por Michael Haneke, el mismo director austríaco que la versión original en alemán, pero con otros actores, me gustaría recomendaros que no vayáis a verla. No es que se trate de un director retorcido, que lo es, sino que el filme en sí alcanza dosis de violencia realmente perturbadoras; yo la vi en Bruselas hará ya unos 10 años largos, y me afectó durante bastante tiempo. Es más, en mi opinión esa película sería mejor no proyectarla, pero dejo este tema para otra ocasión.

Un amigo, Andrés, me recomienda la película documental Standard Operation Procedure, de Errol Morris, así como Lemon Tree, de Eran Riklis. No me suenan de nada ni creo que las vayan a estrenar pronto por aquí, pero estaremos atentos.

Por último, si queréis pasar un rato entretenido, id a ver la comedia Forgetting Sarah Marshall (título traducido por Paso de ti en los cines españoles), si puede ser en versión original. No es Ser o no ser, de Lubitsch, ni La vida de Brian, pero tampoco la típica comedieta facilona para adolescentes descerebrados. A mí me hizo reír y hasta pensar (un poquito).

3 comentarios:

l'air du temps dijo...

'forgeting sarah marshall' it will be nice to laugh again in the cinema. i think i shall go to see this one.

the things our governments do are complicated, i guess it is so since governments are filled with persons, who are complicated.

makes me wonder, will it ever be possible to smile or feel joy at government action...

but i must admit, i was impressed when Zapatero brought home the spanish troops from irak...

susana dijo...

hola jorge.
por fin te he encontrado, y me ha encantado leerte.
... ya no te dejaré marchar.

Jorge dijo...

La verdad, el gobierno de Zapatero no deja de sorprenderme y de defraudarme... Hay tantas cosas que podrían haber hecho o hacer y que nunca harán... Pero, ¿de verdad podrían? Reconozco que yo, perro bastante viejo, tampoco esperaba demasiado, pero me han sabido a poco las leyes más importantes de este gobierno (Dependencia, Igualdad, Memoria Histórica...): hay muchos otros campos en los que hacer política de izquierdas, y las políticas mencionadas deberían haber sido más claras, firmes, audaces...

Reconozco también que, pese a su reciente deriva derechizante, prefiero este gobierno a uno hipotético del camaleón Rajoy, o a los discursos de una infantil oposición que sólo pretende que todos gritemos a coro la palabra "crisis". Ahora bien, por lo que a mí respecta, se acabó el voto útil, sobre todo, y para empezar, en las elecciones europeas del 2009.

Y en cuanto a Susana, he dado un repaso a todas las entradas de tu blog. Es interesante, aunque bastante monotemático. No lo digo como reproche, pero me ha gustado también cuando cambiabas de tema y hablabas de tus amigos, de la vida y la muerte, tus lecturas y viajes, o cuando te dejabas ver en alguna foto. Aunque, en efecto, la realidad en la que vivimos nos obliga a opinar y a tomar partido.