7.3.06

almendros en flor

El domingo hemos vuelto a Madrid después de una semana en Mallorca. Pensaba enviaros alguna foto de los almendros en flor (con nosotros delante o debajo) pero por razones logísticas no puedo hacerlo, con lo que me limito a invitaros a disfrutar de otra maravilla de la naturaleza en la foto adjunta (la foto la he hecho yo, en el sofá del salón, como puede apreciarse sin ninguna dificultad).

Regresamos la noche de los óscars, premio que una vez más confirma mi opinión de que no tienen (casi) nada que ver con el verdadero cine, con la calidad de las películas. Al menos a tres amigas mías les ha gustado bastante, mucho o muchísimo la premiada "Crash" (es decir, "Choque" o "Cataplof"). A mí no me gustó nada y voy a explicar por qué. He de decir que, al principio, la película me sorprendió, me interesaba, pero pronto desperté (como con "Traffic") y me bajé de la moto. "Crash", en efecto, presenta la diversidad étnica de Los Ángeles y los diferentes conflictos que tienen lugar en ese babel urbano. Eso no basta para hacer una película, tanto menos una buena película; el tema y las intenciones ni presuponen ni garantizan nada. También se dice que es una película de vidas cruzadas. Pues bien, la mejor película de este propio subgénero es, en mi opinión, "Grand Canyon" ("El Gran Cañón") de Kasdan, que también presenta un Los Ángeles multiétnico y conflictivo; le sigue, a distancia, "Magnolia" (con algún que otro macguffin como la lluvia de ranas) y, a centenares de kilómetros en lontananza, la pretenciosa "Vidas cruzadas" ("Short cuts", es decir "Atajos", en el original) de Altman, que cruza de manera arbitraria y traída por los pelos varios excelentes relatos cortos de Carver; como apoteosis del antimacguffin, y no sabiendo como acabar la película, Altman lo zanja todo con un terremoto que no viene a cuento (nada que ver con el pertinente e imprescindible temblor de tierra en "Grand Canyon") pero que a él le soluciona la papeleta. Peor aún me parece "Crash", por los mismos motivos y otros adicionales.

Toda persona crea, encuentra o forma en torno a sí una red de conocidos, de afectos, de intereses, en la cual vive. Cuando, por un accidente, encuentro fortuito etc dos personas pertenecientes a ámbitos o ambientes que en principio se excluyen el uno al otro entran en contacto, puede ocurrir que varias personas de sus respectivos escenarios vitales entren a formar parte de ese mundo paralelo hasta entonces desconocido (es decir, en la práctica, inexistente). Eso es lo que entiendo yo por vidas cruzadas. Ahora bien, en "Crash" no es que las vidas se crucen: es que se entrelazan de modo inextricable, de forma que todos los personajes, absolutamente todos, son causa y/o efecto de las acciones de los demás (hablo de un número limitado de personajes). No es que se produzcan coincidencias o casualidades, sino que todo parece debido al azar pero acaba encajando en un puzle absurdo, sin relación con la realidad. No quedan hilos o cabos sueltos. Si en "21 gramos" ya resultaban excesivas ciertas coincidencias acumulativas, exageradamente improbables; si en "Monsters' ball" (¡dale con no traducir los títulos!) la protagonista, viuda de un condenado a muerte (y ejecutado), acababa enrollándose con el verdugo de aquél (joder, ¡qué coincidencia!, y qué suerte para el guionista...); en "Crash" la trampa es la misma, atracón de cruzamientos gratuitos y falsos.

Si se piensa en cada una de las historias de principio a fin, no hay por donde pillarlas. La peor, la del iraní al que le destrozan la tienda. Y, en el fondo, a mí me queda la sensación de que todo es hueco, de que no hay verdaderas historias ni personajes, todo puro decorado y efectismo, con guiños de tolerancia interétnica de cara a la galería. Como en "El sexto sentido" (¿se titulaba así?), en la que Bruce Willis, muerto desde el principio (a mí el secreto me lo reventó Santi, en la sala de cine, a los 5 minutos de empezada la peli), tardaba la hora y media o dos horas de metraje en darse cuenta de que era un fiambre, todo gracias a truquitos baratos de montaje y de guión (este análisis se lo plagio a Amado, que definía así ese bodrio jolibudiense en comparación con la excelente "Los otros" de Amenábar).

Bueno, creo que con esto me quedo a gusto. Sobre gustos no hay nada escrito... y por lo menos el nobel al mejor director se lo han dado a Ang Lee (que es del pueblo de Chen).

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