No son aún las nueve de la mañana del sábado, todavía no me he duchado, vestido ni desayunado, pero acabo de escribir mi primer poema de diciembre (como diría Monterroso: cuando me desperté, ya estaba ahí). Espero que os guste.
Aprovecho para desearos un puente largo y placentero.
Fatamorgana
Dejé de ver, de pronto,
el agua y las palmeras, el oasis
ilusorio. Al mismo tiempo
comprendí que también era espejismo
aquel desierto, y en lugar de sus dunas, sus arenas,
ahora creo reconocer las formas
del laberinto ineludible.
Fatamorgano
Mi chesis vidi, subite,
la akvon kaj la palmojn, la oazon
iluzian. Samtempe
mi ekkomprenis miragha
ankau tiun dezerton, anstatau kies dunoj, kies sabloj,
mi kredas nun rekoni la formojn
de la nepreterebla labirinto.
Madrid, 3.12.2005
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