Ha llegado el momento de la comida. Comencemos por la tarta de chocolate preparada por nuestros amigos en respuesta a la que comimos una semana antes en Oporto (arriba a la derecha, como la luna en torno a la tierra o Fobos en torno a Marte, puede apreciarse un pastel de nata, el único que sobrevivió de los que estaban en el plato).
Aquí Chen nos muestra uno de los animales característicos de la fauna de Portugal, y al que, según dicen, se lo puede ver recorriendo en manadas las dehesas del Alentejo.
Excelente sopa de cazón (el sabor agreste de este tipo de tiburoncejo se consigue suavizar con un toque de vinagre).
Migas alentejanas con carne (para mi gusto, y dado que se preparan con el propio jugo de la carne, no tan secas como las migas extremeñas, que, por cierto, me encantan) y, al fondo, costillas.
Para terminar, el pão de rala, una bomba repostera de convento hecha con dulce de huevos (algo parecido a las yemas de Ávila) y cabello de ángel.
¡Buen provecho!
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