Después da casi 3 años sin ir yo por allí (Chen sí había vuelto un par de veces entre tanto), acabamos de viajar a Taiwán. Nuestra sobrina Nǎilín, a la que conocí cuando sólo era un bebé, ha crecido en todo este tiempo, convirtiéndose en una chiquilla despierta, habladora y bastante traviesa.
Como me siento entre vago y perezoso (cosas del jet lag y de la edad), me contentaré con mostrar algunos de los reencuentros ocurridos durante este viaje. Por ejemplo, con Atia, hermano menor de Chen, brindando con cerveza de marca Taiwan en un puesto de lǔwèi (carnes, verduras y otras cosas cocinadas en caldo) de un amigo suyo.
O con mi primer desayuno en una típica desayunería taiwanesa: tortilla de verdura y bebida de té verde con leche.
No podía faltar "mi templo" en Pingtung.
Por último, una foto en el puerto de Kaohsiung con Rocío y Fran, pareja de amigos que se nos unieron en este punto del viaje.
Podría mostrar y contar mucho más, pero, como bien dice mi cuñado Llorenç, el que quiera verlo que vaya y lo vea.
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