26.2.07

amigos y calçots










En esta entrada y en la inmediatamente anterior (la que aparece debajo) veréis fotos de los días que estamos pasando en Barcelona con unos amigos. En la primera, Chen y yo; luego su gato cartujo cazamoscas Dorian, en casa y entre orquídeas; por último, Chen concentrada en los calçots (tallos de una variedad de cebolla o cebolleta asados sobre brasas de sarmientos, con salsa típica: salvitxada o romesco).

A toda vela muestra la excursión que hicimos desde El Masnou en su barco llamado Hache, con 32 pies de eslora. Al final incluso me dejaron llevar el timón un rato, camino del puerto, con 25 nudos de viento de poniente.


a toda vela





17.2.07

paisaje o vista de Sevilla


Esta acuarela es obra de nuestro amigo Chou Cheng-Wei (apellido + nombre), que, junto con su novia Ke Feng-Ju, nos tienen como invitados este fin de semana en su piso en el centro de Sevilla. Resulta menos complicado recordar sus nombres en castellano: Julio y Julia.

10.2.07

adiós, perro... ¡hola, cerdo!

El sábado 17 de febrero, para todos los chinos del mundo (y digo chino en sentido amplio, como si dijera hispano, refiriéndome no sólo a los de la China pseudocomunista sino también a los de Taiwán, Singapur y ultramar), será la víspera del Año Nuevo, la Nochevieja china. Pasaremos del Año del Perro (¡y bien perro que ha sido!) al Año del Cerdo, animal del que todo se come y aprovecha y que tiene multitud de nombres en español: puerco, cochino, guarro, gorrino, marrano o, en las Américas, chancho.

De modo que, el próximo domingo 18, será el día de Año Nuevo chino, y nosotros nos encontraremos en Sevilla celebrándolo con un buen número de estudiantes taiwaneses y de parejas hispanotaiwanesas residentes en diversos lugares de España, con las que brindaremos por un Feliz Año del Cerdo, que esperamos que sea menos perruno y más porcino.

Esperemos también que el año que acaba no se vaya dando por culo, como lo hizo el 2007 con el atentado de Barajas. Imagino más grato pensar que el salto de un año a otro se produce en la interficie entre dos morros que en los fogosos parajes de la primera foto que ilustra esta entrada.

Ya se sabe que el perro es el mejor amigo del hombre (y que su ladrar imita el habla humana), pero el marrano (junto con el chimpancé o el bonobo) es probablemente el animal que más se nos parece, en su aspecto físico y en sus costumbres. No es un animal sucio de por sí, sino por las condiciones en que los criamos, y si gusta de revolcarse en el barro, que no en la mierda o la porquería, es por la misma razón que lo hacen los elefantes e hipopótamos, para refrescarse.

Respecto a su olfato, inteligencia, etc, están a la altura de las del perro, si no incluso por encima. Bastaría con que los adiestráramos de manera semejante para que hubiera cerdos lazarillo, gorrinos husmeadores o puercos policía.

Y con esto se me acaba el rollo, pues prefiero no entrar en las virtudes del cerdo salvaje, silvestre o de montaña, es decir, el jabalí, quizás uno de los animales más felices y afortunados sobre la faz de la tierra, siempre y cuando no se cruce con un lobo o con un señorito con la escopeta al hombro.
Recordad la fecha el próximo fin de semana, celebradlo como se merece (unas tapitas de chorizo, jamón, lomo o morcilla no vendrían nada mal) y preparaos para un nuevo año con menos pelos y dientes, que ojalá sea generoso y magnánimo con todos nosotros.

8.2.07

La cabra en el tejado

Nuestra amiga Charlotte acaba de abrir un bar llamado La cabra en el tejado. Es fácil de encontrar: si bajas a pie desde la Plaza Mayor por la calle de Toledo, a media altura y a mano izquierda hay una plazoleta triangular de la que salen las calles de Santa Ana (no confundir con la guiriplaza del mismo nombre) y de Bastero. Justo en la esquina entre ambas se encuentra La cabra. De momento abre todos los días a partir de las seis de la tarde, los viernes algo antes, y de sábado a a domingo también por la mañana. Os animamos a pasar por allí y tomaros unos vinos o cervezas, una ración de humus o tzatziki, crêpes variadas o una tosta de queso con pesto... Y de postre, un té o café del bueno con brownie de chocolate de la casa.