Mostrando entradas con la etiqueta cita. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cita. Mostrar todas las entradas

26.1.12

las cavernas de piedra y los lugares benditos

"Quienes insisten en visitar las cavernas de piedra y los lugares benditos, por lo tanto, han dejado mucho sin visitar; es más, no han visitado nada. Porque quienes no llegan a ver el misterio y la grandeza de una simple cerca o un perro, han visto solamente lo que no es grandioso ni misterioso en las cavernas de piedra y los lugares benditos."

Chin Shengt'an (CHIN Wei, m. 1661), citado por Lin Yutang en "La importancia de vivir"

29.8.10

cuando muere un ser querido

"Cuando muere un ser querido, tu relación con esa persona no acaba: cambia."

Felip, c. 1996 (cito de memoria)

27.6.10

Todo nada

A partir de un cierto punto ya no hay vuelta atrás.
Hay que llegar a ese punto.

Franz Kafka


Con esta cita comienza la novela Todo nada, de la joven narradora mexicana Brenda Lozano, de la que os hablaba en una entrada de este blog de noviembre del año pasado, novela que empecé a leer ayer y que he terminado esta misma tarde.


Pues bien, Brenda Lozano ha estado unos días en Madrid para participar en un encuentro con (y de) nuevos narradores latinoamericanos, a cuya última jornada asistimos Chen y yo mientras la mayor parte de los españoles veían el partido de fútbol España-Chile, el viernes pasado. Fue interesante descubrir que, salvo en el caso de ciertos autores consagrados en vida (el primer nombre que se me ocurre es el de Bolaño, cuyas obras no he leído; o el infumable Ruiz Zafón) y cuyas obras se distribuyen tanto en España como en diversos países de América Latina, la mayoría de escritores tienen una distribución limitada a uno o dos millares de ejemplares como máximo y en el propio país en el que escriben. Todo nada, por ejemplo, ha sido publicada por la editorial Tusquets, pero Tusquets México, no la editorial hermana española, razón de que de momento no se distribuya ni, que yo sepa, pueda encontrarse en nuestro país.

Brenda (la llamaremos por su nombre de pila como incipientes amigos que creo que somos) nos regaló y dedicó un ejemplar de la novela. No voy a describirla ni contaros su argumento en detalle (salvo que trata de la relación entre un anciano gastroenterólogo mexicano y su nieta ya adulta, relatada por ella misma), simplemente os la recomiendo, tiene fuerza y... No sigo. En su lugar, cito a continuación el primer párrafo del capítulo 31 (p. 130) que, sin ser en absoluto representativo, sí que se presta a citarlo sin más explicaciones.


"Me echo en el sofá. Observo la televisión. Cambio de un canal a otro. Un documental. Un gorila en un documental. Un narrador español habla del gorila. Un gorila de montaña. Doscientos cincuenta kilos. Macho de espalda plateada. Duerme diez horas. Un gorila que pasa catorce horas echado en una piedra. No hace nada, dice el narrador, más que descansar. Pero, desde mi punto de vista, hace todo: se echa en una piedra todo el día y juega con una rama. Juega con una rama, la mastica. ¿Cuáles son las expectativas que tiene un narrador de documentales? ¿Acaso el narrador de documentales compara a un gorila con sus actividades semanales? ¿Si el primate fuese al banco, a la oficina, a una junta, el narrador se expresaría mejor de él? El gorila mastica lentamente. Exhala lento. Pareciera que no tolera la voz del narrador, pareciera que, de tenerlo enfrente, deglutiría al narrador."


En fin, a ver si se edita también aquí esta novela, os hacéis con ella y os gusta... De las lecturas por parte de diferentes autores que amenizaron con ellas el final de la jornada, me gustó y divirtió en particular un cuento del colombiano Nelson Calderón, al parecer inédito, sobre un loro que no habla... hasta que se decide a hacerlo. Si alguien encuentra ese texto, le agradeceré que me lo comunique. Y eso es todo por hoy, amigos.




22.7.09

lo bello

[Cito a continuación el penúltimo párrafo de "Teatro de la pasión", texto introductorio de a. Liddell Zoo (¿seudónimo?) a su obra de teatro "Leda", de 1993:]

Por último, no me gustaría olvidar hablar de lo bello. Creo en la correspondencia directa entre el arte y la belleza. Y reconozco la belleza por su insoportabilidad. Rilke asegura que la belleza es el principio de lo terrible que aún somos capaces de soportar. Yo, sin embargo, afirmo que la belleza es lo terrible y lo insoportable, y provoca la máxima turbación de los sentidos hasta obligarnos a huir. Ante todo se trata de un sobrecogimiento emocional. El artista debe buscar constantemente la belleza para torturarnos íntimamente. "Todo parece un exorcismo destinado a hacer afluir nuestros demonios", escribe Artaud. Y entiendo la crueldad como pureza. El arte debe atacar al contemplador a base de pureza. En efecto, la obra de arte ha de transformar al individuo. Actúa sobre sus órganos vitales, bien destruyéndolos, bien generando otros órganos, bien metamorfoseándolos. De cualquier modo, la transformación obliga a una reestructuración total del sistema que modificará la visión del mundo del sujeto. Esa transformación se produce a través de los sentidos, pues despojados del intelecto frente a la belleza, el estremecimiento que tiene lugar es de carácter sensorial y hasta sensual. Sabemos que algo ha cambiado. Tras el éxtasis incomprensible tomamos conciencia interna del ataque y seguimos andando con el rostro desfigurado por la herida. Un rostro distinto. Da igual por qué.


18.3.08

anoche, en la televisión


Al final emitieron el minirreportaje sobre el esperanto ayer pasada la medianoche (es decir, esta madrugada). Salgo poco tiempo, pero podéis verlo enterito en:

En cuanto a la Semana Santa, digamos que estoy de vacaciones en Madrid, en casa. La semana pasada Chen y yo fuimos a ver la película austroalemana "Los falsificadores", premiada con el Nobel de Hollywood a la mejor peli extranjera. Os la recomiendo, incluso a los que ya estéis saturados de ver películas de nazis y judíos y campos de exterminio. Ésta ahorra al espectador el horror del holocausto, y se centra en un grupo de judíos a los que los nazis recluyen en un barracón aparte (relativamente confortable) de uno de esos campos para que fabriquen libras y dólares falsos en cantidades millonarias.




En la hoja que cogí en el cine encontré una idea interesante de Stefan Ruzowitzky, el director, que no se me ocurrió de forma espontánea mientras veía la película, ni después de haberla visto:

"¿Es posible jugar al pingpong en un campo de concentración mientras a pocos metros de distancia hay personas que están siendo torturadas hasta la muerte? Es algo que no se diferencia demasiado de otra cuestión: ¿es posible disfrutar de unas vacaciones con todo incluido en un lugar donde hay personas muriendo de hambre muy cerca de allí? ¿Es posible disfrutar de nuestras vidas acomodadas a la vista de todo el sufrimiento existente en el mundo?"

14.2.08

el jardinero del emperador de Persia

Ahí va el que en mi opinión es el mejor cuento o relato hiperbreve de todos los tiempos (lo de Monterroso con el dinosaurio no pasa de chiste), seguido de otro de Alfonso Sastre:




"En cierta ocasión, un joven jardinero del emperador de Persia vio a la Muerte en el jardín y, preso de pánico, buscó refugio en el palacio.

-Amo -dijo al emperador- ¡sálvame! Acabo de encontrarme con la Muerte y me ha hecho un gesto de amenaza. Esta noche debo estar en Ispahán.

El emperador le regaló su caballo más veloz, un corcel blanco. Por la tarde, también él encuentra a la Muerte en el jardín y le pregunta:

-Muerte, esta mañana, ¿por qué hiciste a mi sirviente predilecto un gesto de amenaza?

-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Lo vi aquí, en Bagdad, esta mañana, y yo debo tomarlo esta noche en Ispahán."




"Nagasaki

Me llamo Yanajido. Trabajo en Nagasaki y había venido a ver a mis padres en Hiroshima. Ahora ellos han muerto. Yo sufro mucho por esta pérdida y también por mis horribles quemaduras. Ya sólo deseo volver a Nagasaki con mi mujer y mis hijos.

Dada la confusión de estos momentos, no creo que pueda llegar a Nagasaki enseguida, como sería mi deseo; pero sea como sea, yo camino hacia allá.

No quisiera morir en el camino. ¡Ojalá llegue a tiempo de abrazarlos!"



13.2.08

desde aquí os escribo

Hace días que no escribo nada en el blog, supongo que porque en estos últimos tiempos no tengo nada que añadir a los millardos de palabras que se piensan, pronuncian o publican segundo tras segundo en todas las lenguas del planeta. Sólo quiero que sepáis que sigo aquí (ved la foto), y que desde aquí os escribo. Os dejo con una cita del libro "La revolución fundamental", de J. Krishnamurti. No la toméis como algo personal, dirigido a nadie de vosotros en particular, sino como un diagnóstico genérico y muy certero sobre el único problema al que en verdad se enfrenta la humanidad.


"Sin comprenderos a vosotros mismos, engendráis cada vez más miseria en el mundo."

28.1.08

el tiempo

A continuación, un relato hiperbreve de Jaume Palau i Banús, publicado en el libro Quince líneas:


La influencia de la literatura

Leyó en su juventud: "Vive cada momento como si fuera el último". A partir de aquel instante su existencia toda se transformó en una larga, penosa, agonía. ¿Quién puede negar la extraña influencia de la literatura sobre la vida, o, al menos, sobre algunas vidas?


12.1.08

ideas y creencias


Hace tiempo que quiero leer este libro:


... aunque "alguien bien informado" me ha dicho que retoma ideas de otros autores sobre el mismo asunto sin reconocerlo; dos ausencias especialmente llamativas, por cuanto se trata de obras de referencia indiscutibles (que, para colmo, no son en absoluto ajenas a la línea argumental de "Metáforas que nos piensan"), serían la obra de Mary Hesse, y en especial su libro "Modelos y analogías en ciencia"; y la otra, "La metáfora viva", de Ricoeur. Reconozco que, hablando desde un punto de vista estrictamente personal, ni las he leído ni me sonaban de nada.

Os dejo con una cita de un artículo de Lluís Codina:

"Las creencias son una clase de ideas muy especiales, porque no somos conscientes de ellas y, sin embargo, determinan nuestra concepción de las cosas, de tal manera que son las creencias las que nos poseen a nosotros y no al revés."

29.12.07

este rojo

"Antes de florecer, el cáliz verde de la amapola es duro como la cáscara de una almendra. Un día esta cáscara se abre. Tres trozos verdes caen al suelo. No es un hacha lo que la abre, simplemente una bola retorcida de pétalos finos como membranas y arrugados como trapos. A medida que se van desarrugando, el color de los trapos cambia del rosa neonatal al escarlata más chillón que se puede encontrar en los campos. Es como si la fuerza que abre el cáliz fuera la necesidad de este rojo de hacerse visible y de ser visto."

La cita es del comienzo de "Una vez en Europa" ("Once in Europa"), relato que da título a un volumen de narraciones del escritor inglés John Berger*, en traducción de Pliar Vázquez. No está mal como lectura, pero tampoco me termina de entusiasmar o de convencer, algo normal teniendo en cuenta lo poco que suele apetecerme leer obras de ficción, sobre todo contemporáneas. Os dejo con otra cita del mismo relato:

"Si me hubieran dicho de niña cómo es la vida de los adultos, no lo habría creído. Nunca hubiera creído que podría ser tan inacabada. De jóvenes conferimos tanta autoridad y seguridad a nuestros mayores."


* PD: prefiero a Berger como articulista, ensayista y crítico de arte (no conozco su poesía).

30.11.07

el cascarrabias


Supongo que, al leer la entrada anterior ("felicidad a raudales"), más de uno habréis pensado: "ya está aquí el cascarrabias de Jorge con el mensaje antinavideño de todos los años"; "alegra esa cara, chico, se te nota bastante crítico y cínico"; o algo por el estilo. Hay veces que uno ya tiene el texto a punto de caramelo en la cabeza antes de sentarse ante el teclado del ordenador. En este caso, se fue gestando a medida que lo escribía, sin duda influido por la fotografía de Bush, Hu y Putín disfrazados de pitufos.


Pues bien, independientemente del derecho que todos tenemos de criticar lo que nos disguste, el motivo era otro. En la película "Mataharis", uno de los personajes decía: "Vivimos muchos años con alguien y luego no sabemos ni lo que piensan, ni lo que hacen, ni lo que desean". Eso, que puede sucedernos con nuestra pareja después de un breve o largo período de tiempo, también ocurre con familiares (para empezar, con nuestros padres o hijos) e incluso con los mejores amigos. Hay días en que uno se siente incómodo, descolocado, deprimido o como sea, pero no lo expresa de modo explícito, hay que adivinarlo por gestos leves y palabras aparentemente sin importancia; de hecho, puede que la propia persona tampoco sea consciente de ello, pero que sin embargo esté buscando de algún modo el dar salida a esos sentimientos o sensaciones que lo turban.


Sólo quería decir eso, que yo tampoco soy de piedra. Por cierto, el fulano con cuya cabeza ilustro esta entrada se llama Antístenes.

11.11.07

vapores desprendidos por la pradera

Hay libros que uno lee y que sabe o cree que nunca volverá a leer. Libros de los que vale la pena entresacar algún párrafo para compartirlo con los amigos, en lugar de garabatear unas notas en una pequeña agenda que nadie se tomará la molestia de releer dentro de unos meses. De modo que, a partir de ahora, voy a publicar en mi blog citas o fragmentos de obras que, por la razón que sea, han llegado a mis manos y me han obligado a leerlas.

Comenzaré por "Contra el lenguaje", de Andrés Viña, editado por Anagrama en 1977, libro opaco, de difícil lectura, del que destaco las siguientes líneas (p. 73), que parecen citar a su vez a Spinoza:

"Ni la consciencia, ni el pensamiento ni otros atributos (el Alma), pueden ser considerados con independencia y autonomía con respecto al Cuerpo, como tampoco al Alma se le puede atribuir soberanía sobre el Cuerpo al que pertenece. ¿Acaso no son simples atributos de éste? Pertenecen a la epidermis, son efectos superficiales, 'vapores desprendidos por la pradera' y que permanecen en contacto directo con ella."

disfrutad del presente


Del artículo "Todos eran otros. De materia indiana", de Manuel Gutiérrez Estévez, p. 69, publicado en Revista de Occidente, nº 133, junio 1992 (en el mismo número aparece un interesantísimo artículo de John Berger sobre Lee Krasner y Jackson Pollock):

"Marshall Sahlins en una reciente conferencia en la Universidad de Virginia contó lo que sigue. Dos misioneros jesuitas, en el siglo XVII, pasaron su primer invierno en las tierras de lo que hoy es Canadá viviendo con un pequeño grupo de indios cree, adoptando muchas de sus costumbres y aprendiendo así mucho de su cultura. No obstante, se sintieron totalmente confusos cuando llegó la primavera y los cree les presentaron un gran recipiente de corteza de abedul lleno de lo que resultó ser moco humano, que los indios habían estado almacenando por considerar que era un regalo muy adecuado para 'establecer vínculos con extranjeros'. Las palabras con que ofrecieron su presente fueron: 'Os vemos sonándoos cuidadosamente la nariz con trozos de tela y guardándolos después en vuestros bolsillos, por lo que pensamos que eso, el moco, debe ser especialmente valioso para vosotros'."