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27.11.09

por fin, Florencia

Podéis leer lo que escribió Ferlosio sobre lo que él mismo llama "efecto turifel" pinchando en estas dos palabras. Pues bien, mi amiga Claire me escribe: "A mí lo que me impresionó de la catedral de Milán fue el andar en el tejado a través de las cientos de estatuas... ¡Te imaginas cuánta gente esculpiendo! ¡Qué de talento anónimo!". Sin duda. Lástima que Chen y yo no llegáramos a subir... aunque sí, luego, a la cúpula de la catedral de Florencia (merece la pena el esfuerzo para ver desde su interior los frescos que la decoran, así como la ciudad desde su exterior)... Por cierto, también nos quedamos sin ver, en Milán, "La última cena", pero seguro que sus 13 comensales pueden seguir esperándonos unos cuantos años más, rodeados como están de manjares y de jarras de tinto... En fin, de Bolonia llegamos a Florencia, pero en vez de mostraros su catedral, mejor veis a Chen ante la iglesia de Santa María Novella, cercana a la estación de ferrocarril y al hotel en que nos alojábamos, el Universo (buen nombre).


Nuestra habitación daba a la plaza, con las ventajas e inconvenientes que ello conlleva, entre los últimos el ruido de comercios o borrachos, así como el tañir de las campanas o la sirena de alguna ambulancia.


Por otra parte, este viaje ha sido una auténtica inmersión lingüística sin oxígeno en la lengua italiana, y ya se sabe que el italiano, lejos de ser un idioma fácil para los españoles, puede resultar muy pero que muy traicionero ;-) Ya tras la primera noche en Milán, me levanté agotado por el esfuerzo de horas y horas soñando íntegramente en la lengua de Berlusconi y Dante... Por suerte la inmersión ha sido también gastronómica. Por ejemplo, finas lonchas de fiambre como acompañamiento a una ligera sopa florentina de verduritas...


... O la bisteca alla fiorentina, que se ha de comer poco hecha...


O, de postre, unos dulces crujienticos para mojar en vinsanto o la panna cota con chocolate...


¡Seguiremos informando! (En la próxima entrada, prometo poesía).

25.11.09

de Milán a Turín

Tuvimos suerte con la temperie. Nos llovió los primeros dos días en Milán y el principio de la tarde que visitamos Pisa (la semana posterior), pero luego se plantó un anticiclón sobre los cielos de Italia hasta el punto de que llegué a pasar el día en camiseta tanto en Nápoles como en Roma (¡a mediados de noviembre!). A pesar de todo, nos pateamos Milán, cuya catedral reconozco que me resultó menos impresionante de lo que esperaba, quizás debido al "efecto Tour Eiffel" de que habla el recién galardonado Rafael Sánchez Ferlosio en uno de sus ensayos.


En Turín salió el sol, y llegamos a toparnos con el rodaje de una película ambientada en la Italia fascista, ante la fachada en ladrillo ondulante de un edificio en el estilo barroco piamontés.


Una de las maravillas de Turín es el chocolate a la taza así como el "bicerin" (pronúnciese [bicherín], lo que significa "vasito"), que combina en una copa chocolate, nata y café.


Allí visitamos el Museo Egipcio, en el que me impactó la reconstrucción de una pequeña cámara funeraria con materiales arqueológicos traídos de Egipto por los italianos. En esta imagen se ve una estatua de la diosa Sejmet, con cabeza de leona, cuyo culto se (con)fundió con el de la diosa Bastet, de cabeza gatuna.


Por último, una vista de Turín con los Alpes de fondo desde la torre llamada Mole Antonelliana.

22.1.09

Ferlosio

En El País de hoy podéis leer una veintena larga de pecios (así llama él a esos breves apuntes de opinión o, más bien, reflexión) de Rafael Sánchez Ferlosio. Reproduzco un par de ellos después de la foto.

(foto de Notgus)


(Monopolio) Sería ridículo pensar que con los bombardeos de la Franja de Gaza los judíos quieren vengarse de Hamás por lanzarles unos cohetes que de cada centenar sólo uno da en el blanco (es decir, hiere o mata a una persona); los judíos no se vengan de Hamás, siguen vengándose de la Shoah, pues sólo ellos son los legítimos portadores del victimato: del victimato único y universal, y por lo tanto eterno.


(Creyentes en la inexistencia) Ahora salen con el eslogan "Probablemente Dios no existe; deja de preocuparte y goza de la vida". No sé lo que es hoy en día "gozar de la vida" como no sea gastar dinero y hacer el mamarracho para sofocar el mortal aburrimiento de un mundo malvendido. Pero lo malo de la fe no es que Dios dé preocupaciones, sino todo lo contrario: Dios quita preocupaciones; Dios inhibe, enajena, insensibiliza, embrutece.


8.8.06

las cosas en su sitio

Hola a todos desde Pingtung, Taiwán, adonde llegué ayer a mediodía.

En el avión leí un interesantísimo artículo de Rafael Sánchez Ferlosio, publicado en "El País" del 6 de agosto y titulado "Glosa sobre Israel", que responde al de Mario Vargas Llosa "Israel y los matices", acerca del cual envié una carta al director del mismo periódico hace un par de semanas. RSF pone, como siempre, las cosas en su sitio, entre ellas al "miserable" de MVL (no se me ocurre mejor adjetivo para describir la cobardía intelectual a la que nos viene acostumbrando desde que decidió convertirse en interesado opinador político).

Por si no lo tenéis a mano, el blog de JAMS lo reproduce entero (al final de la entrada a la que conduce este vínculo):

http://blogs.20minutos.es/martinezsoler/post/2006/08/06/no-hay-soberbia-buena-y-soberbia-mala

En el vuelo más largo de los tres (Francfort-Hong Kong, 11 horas) coincidí con Roberto, un joven mitad italiano mitad alemán (padre italiano y los primeros 28 años de su vida en Italia, frente a los últimos 5 en Alemania y la madre de este país) que iba a China a estudiar el idioma y buscar un trabajo porque "mejor que en Alemania, en cualquier otro lugar". Trabaja en el sector del automóvil, pero, al contrario que en el chiste, no los lava: los vende.

El menú AVML (asiático vegetariano, es decir, comida india, caliente) de Lufthansa sirvió de transición entre el pincho de tortilla en la Dehesa de la Villa del sábado por la noche y la BBQ (barbacoa) taiwanesa a la que fuimos anoche con dos amigas, May y Kiki, después de habernos cortado el pelo Chen y yo en la peluquería de esta última, con masajes de espalda y del cuero cabelludo incluidos. Antes habíamos ido a un templo budista en el campo, en el cual reposa la urna con las cenizas del padre de Chen, en un pequeño nicho con vistas a la campiña; también fuimos a la casa de sus padres, adonde hemos vuelto esta mañana después de pasar por la desayunería de sus tíos. Si no os habéis perdido con tanto flash back y feed back veréis que, desde que al salir del aeropuerto sentí el abrazo abrasador del aire húmedo de los trópicos hasta que nos sentamos en la barbacoa con las amigas a trasegar cerveza con cubitos de hielo, mi mayor ocupación ha sido la de ponerme al día, recuperar costumbres y rutinas, volver a la normalidad interrumpida por varios meses de ausencia.