Mostrando entradas con la etiqueta flora y fauna. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta flora y fauna. Mostrar todas las entradas

16.4.12

Motivos de júbilo

¡Oh, dioses, protegednos de los gorilas,
de los chimpancés y los bonobos,
de los orangutanes,
que nos privan de nuestro hábitat,
que nos condenan a malvivir en ciudades inhabitables!

¡Larga vida, oh, al viejo rey de España
que caza (es decir, asesina por placer) elefantes,
los únicos animales, como nosotros los humanos,
capaces de mostrar duelo por un muerto de su misma especie!

¡Bienvenidos a Taiji,
localidad portuaria japonesa
donde cada año se capturan a escondidas jóvenes delfines hembra
para venderlas como esclavas a engañosos delfinarios con jaulas de agua
(no confundir con una sonrisa la curvatura fija de sus bocas)
mientras que a los delfines inservibles simplemente se los mata en masa!

¡Hurra!
¡Hosana!
¡Aleluya!







Fotos: 1 - 2 - 3

Lee aquí el mismo poema en esperanto

4.5.11

Évora - y 4

Fuimos también al campo, a esas dehesas de encinas y, sobre todo, alcornoques con interesantes monumentos arqueológicos.


Por ejemplo, el cromlech de Almendres, "el mayor de la península y uno de los más notables de Europa", de unos 6.000 años de antigüedad. Más abajo incluyo la traducción al español de un poema que he escrito inspirado por esos "95 pedruscos ahuevados", como los llamaba irreverente el periódico.







el cromlech

entre encinas y alcornoques,
entre levante y poniente,
sobre el eje de la ladera que anhela el valle,
se yergue una elipse de altas piedras
como la dentadura de un gigante
o (diríamos ahora)
como huevos de enormes saurios, fósiles.

a veces, también en aquel tiempo, ya de noche
los hombres volvían a las grutas o cabañas
tras la ceremonia en este templo
en cuyas frescas columnas se concretaba, inamovible,
el común y firme esfuerzo.

ahora las cubren líquenes.

Évora-Madrid, 1-3.5.2011


2.12.09

Roma I

No tenemos fotos de nuestro primer día en Roma, porque se nos averió el cargador de la batería de la cámara. Para resumir: Paseamos por la ciudad sin enterarnos demasiado de la película; alucinamos con las nubes de millares de estorninos, uno de los cuales me cagó desde las alturas acertándome en la pierna (luego alucinaríamos con la profesión de asustador, ahuyentador o espantador de pajarracos); cenamos con Yiyi y Alfonso, pareja de amigos italotaiwanesa a la que veremos pronto por aquí; y después nos tomamos una copa en el Trastévere (el barrio al otro lado del río Tíber) con nuestra amiga Katia, que se encontraba en Roma trabajando en la conferencia de la FAO. A medianoche, en el bar donde disfrutábamos de unos mojitos, empezamos a celebrar mi cumpleaños... Y luego, de vuelta al hotel, perdí la orientación y la reputación (de guía-intérprete acompañante). Así que la primera foto que pongo es del día de mi cumple.


Esto del cumpleaños no es una obsesión mía, sino un macguffin más sobre el que escribir (y que celebrar, claro). Pues bien, el mejor regalo que podría recibir se materializó en la presencia de nuestro amigo Ranieri, que nos acompañó y guió por toda la ciudad durante 11 horas, almuerzo y cena incluidos (¡menos mal!). Qué manera más interesante y amena de volver a lugares por los que habíamos pasado sin percatarnos el día anterior, o descubrir muchos otros nuevos, de la mano de un romano de adopción gran conocedor de la Roma clásica y, sobre todo, de la barroca, hasta el punto de hacerme comprender o, mejor dicho, sentir por vez primera lo que el Barroco significa.

(En cierto momento nos cruzamos con el nuevo líder de los socialistas italianos, Bersani, y de algún modo Ranieri consiguió que se detuviera a saludarnos y estrecharnos la mano, como todo político que se precie. Dado que no nos dio tiempo a desenfundar la cámara, nos tuvimos que hacer la foto con él un día más tarde, y en diferentes circunstancias)


A veces, como en el caso de los igualmente infatigables Gian Carlo (en Turín) o Nicolino (en Nápoles), preguntábamos a Ranieri si estaba cansado, con la esperanza de que nos dijera que sí para poder sentarnos un ratito ante una copa de vino o una taza de café, pero ni por ésas...


Al igual que en la visita del Museo Egipcio de Turín; que en el Campo de los Milagros, en Pisa; o que con el Vesubio en el horizonte, asimismo también en Roma sentí un estremecimiento al contemplar por primera vez, y al penetrar más tarde en el espacio que alberga, el Panteón romano.


Por último, Ranieri cenó pizza romana (de masa más fina y crujiente que la napolitana, y con los bordes más churruscaditos), y nosotros... canelones y ñoquis, que de todo hay que probar.

15.9.09

poemas de Llorenç

Poco después de volver del Himalaya, mi cuñado Llorenç me ha enviado un par de poemas en mallorquín. Aquí podéis leerlos, seguidos de mi traducción, junto a varias fotos del mismo viaje (la versión en esperanto la reservo para la revista).



Himalaya

muntanyes en cadena
vespres estrellats
nits de lluna plena
dies assolellats
matins de serena
desperten sentiments molt amegats



Himalaya

montañas en cadena
tardes estrelladas
noches de luna llena
tórridas jornadas
madrugada serena
brotan emociones largamente enterradas



Ladakh

terra de grans muntanyes,
gent esquinçada, glaceres
d'aigua d'un mon vell

en el sól,
cargols dormits, pols i arena

en l'aire,
aire sense aire



Ladakh

tierra de grandes montañas,
gente gastada, glaciares
de agua de un mundo viejo

en el suelo,
caracoles dormidos, polvo y arena

en el aire,
aire sin aire


2.4.09

avispofilia

Retomo la última imagen de la entrada sobre avispas para contaros de dónde, o más bien de cuándo procede mi avispofilia (no confundir con arzobispofobia, ingenioso título de un divertido CD de Mamá Ladilla).


Hará unos 30 años, cuando vivía en la calle Chantada del barrio del Pilar, recién llegado a Madrid, a un amigo nuestro algo mayorcete llamado Raúl (q.e.p.d.) le picó una avispa en la muñeca al principio del verano. Para vengarlo, la pandilla de chavales nos pusimos a matar avispas en la calle, en los charcos y jardines así como en los solares de detrás del edificio. Debíamos de matar cada uno de los diez o doce chavales otras tantas avispas al día, primero con palos y luego con la mano (esto último sólo uno o dos amigos y yo, si no recuerdo mal). Un día vi una avispa en la hierba, le di un golpe rápido con la palma de la mano y, al ver que había fallado y que todavía se movía, dirigí la mano de nuevo contra ella; entre tanto la avispa tuvo tiempo de revolverse de modo que consiguió clavarme el aguijón en el dedo corazón de la mano derecha. Supongo que acertó en alguna venilla o capilar, porque desde entonces sigo teniendo la marca de la hinchazón en ese dedo. El caso es que la muy cabrona se ganó mi respeto. A partir de entonces mi amigo Alberto y yo golpeábamos a las avispas con suavidad sólo para aturdirlas y poder cogerlas de las alas con los dedos, de forma que su aguijón no pudiera tocarnos más que las uñas. Luego las introducíamos en cajas de cartón con ventanucos, portezuelas etc de vidrio o de plástico transparente, y supongo que las alimentábamos o que nos entreteníamos de algún modo con ellas...



Y aquí tenemos la foto completa de la que extraje el detalle del dedo, con Lea a la izquierda.

31.3.09

el señor de las avispas

¿Qué es esto?


Pues una avispa posada en el canto de mi mano en una playa de la isla de Krk, Croacia, en el verano de 1998 (sí, el guiri con vocación de langostino era yo y no el nuevo Bond o un hijo de Putin).

¿Y esto otro? Ya sé que no se distingue muy bien...


... pero se trata de una avispa a la que doy de comer en la terraza de un bar cercano a El Pardo, hará también unos diez años.

Las avispas y las arañas de pequeño tamaño (nada de bicharracos grandes como la palma de la mano) siempre se han encontrado entre mis animales favoritos. Me gusta que correteen por mis manos o entre los dedos. Al contrario que las abejas, que mueren cuando pican porque dejan clavado su aguijón, en general no hay nada que temer con las avispas (que, hábiles cazadoras, pueden tanto picar como morder); si no las importunamos o asustamos con nuestros torpes manotazos y aspavientos, ellas tampoco nos picarán a nosotros. Termino con un detalle de otra foto que no reproduzco entera porque no puedo poner más de 5 fotos por entrada y porque en ella salía otra persona, a la que yo enseñaba el dedo índice con la avispa, y que quizás no quiera aparecer en este blog.


¡Felices pascuas!

4.12.08

fin de semana en La Vera

El pasado fin de semana estuvimos con Lin y Cristóbal en la tierra del pimentón, al norte de Extremadura. Hizo bastante frío, como en Madrid, de modo que el sábado sólo visitamos el Carrefour de Plasencia (aunque, como no paramos de decir durante gran parte del tiempo, "Salir, ¿pa'qué?"). El domingo mejoró el día, el sol salió y con él también nosotros a dar una vuelta por el campo. Aquí vemos a Chen con un par de caballos jóvenes (no como yo, que soy caballo viejo). Las fotos no siguen el orden cronológico, pero qué más da. Se trata de que veáis que, en el interior de la casa, unas patatas a lo pobre con huevo frito sientan estupendamente:

Igual que unas albóndigas con champiñones y verduras:

Con tan rica comida, buen vino, excelente compañía, la botellita de calvados y la estufita calentando, salir... ¿pa'qué? Bueno, y ahora viene el chiste fácil: a ver si distinguís al burro.

Aprovecho para despedirme deseándoos un feliz año 9 y unas fiestas placenteras.

19.10.08

fin de semana en La Mancha

El fin de semana pasado estuvimos en La Mancha, en un cortijo. Aquí se me ve echando una mano a Javier con las gachas (estaban de muerte):

El ingrediente principal de las gachas es la harina de almortas, junto con agua, pimentón etc:

Aquí tenemos a Chen delante de un viñedo:

Y ahora a mí otra vez, delante de una encina:

En definitiva, un fin de semana placentero, con viejos amigos, excelentes entorno y paisaje, muy buena comida y abundante vino. Como para no repetir...

30.7.08

el gorrión

La semana pasada estuve en Finlandia, tres días y pico trabajando y otros tantos de vacaciones, aprovechando el viaje. En cuanto a lo primero, fue mejor de lo que esperaba, sobre todo gracias a los colegas (¡un saludo para Iván!); los anfitriones incluso nos invitaron a la ópera Aida, de Verdi, en el festival del castillo de Savonlinna, inmejorable escenario para este magnífico culebrón antirracista y antinacionalista. Luego, en Helsinki, pasé los pocos días restantes en compañía de buenos amigos, Dulce y Harri, así como Anu, a la que visité en su mökki (casita de madera) de la isla de Lammassaari, a dos patadas del centro de la ciudad. He tenido tiempo de reencontrarme no sólo con viejos amigos sino también con sabores (el licor de lakka, la mora ártica o mora de los pantanos; el puuro o papilla de cereales en el desayuno; el helado de salmiakki o regaliz salado; la bollería finlandesa etc etc etc) y lugares, entre ellos el café Sininen Huvila en Linnunlaulu (donde escribí el poema sobre un gorrión que podéis leer al final de estas líneas) y el museo Ateneum, en la plaza de la estación de ferrocarril, con obras de los principales autores de la edad de oro del arte finlandés (1880-1910), entre ellos los pintores Hugo Simberg, Akseli Gallén-Kallela y Pekka Halonen, al que dedican una exposición hasta finales de agosto.





El gorrión

Ahí estabas, gorrión,
sobre la cerca que separa la terraza del café
de la ladera que acaba en el lago.

Piabas junto a mi mesa,
a la espera tal vez de unas migajas
o de unos cristalitos de azúcar.

Aquí estábamos los dos,
tan cerca el uno del otro,
viendo pasar la tarde en el lago de Töölö.


Helsinki, 24.7.2008




Copla

El gorrión pide limosna
de pan, pastel o de azúcar.
Lo mismo que una persona.


Helsinki, 26.7.2008

10.2.07

adiós, perro... ¡hola, cerdo!

El sábado 17 de febrero, para todos los chinos del mundo (y digo chino en sentido amplio, como si dijera hispano, refiriéndome no sólo a los de la China pseudocomunista sino también a los de Taiwán, Singapur y ultramar), será la víspera del Año Nuevo, la Nochevieja china. Pasaremos del Año del Perro (¡y bien perro que ha sido!) al Año del Cerdo, animal del que todo se come y aprovecha y que tiene multitud de nombres en español: puerco, cochino, guarro, gorrino, marrano o, en las Américas, chancho.

De modo que, el próximo domingo 18, será el día de Año Nuevo chino, y nosotros nos encontraremos en Sevilla celebrándolo con un buen número de estudiantes taiwaneses y de parejas hispanotaiwanesas residentes en diversos lugares de España, con las que brindaremos por un Feliz Año del Cerdo, que esperamos que sea menos perruno y más porcino.

Esperemos también que el año que acaba no se vaya dando por culo, como lo hizo el 2007 con el atentado de Barajas. Imagino más grato pensar que el salto de un año a otro se produce en la interficie entre dos morros que en los fogosos parajes de la primera foto que ilustra esta entrada.

Ya se sabe que el perro es el mejor amigo del hombre (y que su ladrar imita el habla humana), pero el marrano (junto con el chimpancé o el bonobo) es probablemente el animal que más se nos parece, en su aspecto físico y en sus costumbres. No es un animal sucio de por sí, sino por las condiciones en que los criamos, y si gusta de revolcarse en el barro, que no en la mierda o la porquería, es por la misma razón que lo hacen los elefantes e hipopótamos, para refrescarse.

Respecto a su olfato, inteligencia, etc, están a la altura de las del perro, si no incluso por encima. Bastaría con que los adiestráramos de manera semejante para que hubiera cerdos lazarillo, gorrinos husmeadores o puercos policía.

Y con esto se me acaba el rollo, pues prefiero no entrar en las virtudes del cerdo salvaje, silvestre o de montaña, es decir, el jabalí, quizás uno de los animales más felices y afortunados sobre la faz de la tierra, siempre y cuando no se cruce con un lobo o con un señorito con la escopeta al hombro.
Recordad la fecha el próximo fin de semana, celebradlo como se merece (unas tapitas de chorizo, jamón, lomo o morcilla no vendrían nada mal) y preparaos para un nuevo año con menos pelos y dientes, que ojalá sea generoso y magnánimo con todos nosotros.

26.9.06

vaya potra


Para pasmo de amigos y colegas intérpretes, que por lo general odian desplazarse a Luxemburgo para trabajar, Chen y yo fuimos a ese pequeño y plácido país y ciudad para visitar a algunos amigos el pasado fin de semana.

No hay mucho que contar, salvo que durante un paseo por los alrededores de la aldea Lorenzweiller, cuando para atajar cruzábamos un campo donde pastaba una familia de caballos (el macho, la yegua o jaca y un potro bastante crecidito), me acojoné bastante cuando los caballos decidieron acompañarnos desde muy cerca, como haría el dedo gordinflón de un niño con una hilera de hormigas. Nosotros éramos cinco adultos (entre ellos el padre de mi amigo) y tres niños, pero por suerte el caballo y la yegua no vieron amenazados su territorio ni la seguridad de su cría.

En la entrada anterior del blog encontraréis un poema ("la burca") que escribí ayer en Bruselas.

[Ilustración de Luis Quintanilla para "Los viajes de Gulliver": http://www.lqart.org/illustfold/gulliver/gultrav.html]

5.7.06

vencejos



"epitafo"

aperta cirkelo pavime:
inerta cipsel'.
nigra lun-arko.
ombro
de bumerango.

["epitafio": compás abierto sobre el pavimento: / un vencejo inerte. / creciente de luna negro. sombra / de bumerán.]

Estrasburgo / Strasburgo, 5.7.2006


Aclaración para los que estéis pez en pájaros:

vencejo (pájaro "Apus apus"): swift (inglés), martinet (francés), andorinhâo-preto (portugués), tervapääsky(nen) (finés: literalmente "golondrina de brea")

12.12.05

puente y aparte

Hola a todos

y "feliz lo que os apetezca", cuando y donde sea. Escribo desde Estrasburgo, adonde he llegado hoy a mediodía, después de regresar ayer a Madrid de cinco días de puente entre Alicante y, sobre todo, la zona de Níjar-Cabo de Gata con compañeros de la facultad y familias (es decir, progenies). Me daba pereza ir, con tanto viaje, pero al final me animé y no me arrepiento. Me reservo el nombre del pueblico donde nos alojamos para que no se convierta en un nuevo Benidorm del s. XXI. Me ahorro también el contaros lo mucho y bien que comimos y bebimos en esos cinco días, y las tonterías que me dio tiempo a pensar y a decir. De las que hice, menciono dos: meter los pies en aguas del Mediterráneo, y emular a mis acompañantes al saltar desde la cima de una duna para caer de culo sobre la blanda, perfecta pendiente de arena (los demás lo hicieron casi hasta hartarse; yo, por cobarde, perezoso o acomodaticio, sólo una vez).

La noche del día 7, en el Centro de Títeres de Alicante, vimos el espectáculo de teatro de sombras de Richard Bradshaw: excelente "one man show", muy ocurrente y divertido, surrealista, genial en la aparente sencillez de varios de sus números, en especial aquéllos en los que el argumento y las imágenes creadas por las sombras se correspondían con la letra de alguna canción popular o similar, como en el caso de "Super Kangaroo" (Supercanguro).

En Cabo de Gata, en el punto de observación de los flamencos (de los que vuelan, no de los otros dos tipos), descubrí también la existencia de un pajarillo que sólo habita en esa zona y que se llama, vaya usted a saber por qué, "camachuelo trompetero" (en latín: Bucanetes githagineus).

Pues bien, este jueves vuelvo a Madrid, el viernes (des)hago maletas, y el sábado me voy a pasar el fin de año cristiano (y el chino también) con Chen en Taiwán. Si no cambian los planes, hasta el día 1 de febrero.

7.8.05

diluvio particular

Ayer por la tarde, en un hospital de Kaohsiung en el que me encontraba de visita, escribí el siguiente tanka, aún sin título:

Rekonstruite
la reto splendas nun.
Ho araneo!
- sizifo sensignifa
post paso de tajfun'.

(Reconstruida / esplende ahora la red. / ¡Oh araña! / - sísifo insignificante / tras el paso del tifón.)

El Matsa debe de haber alcanzado ya la costa de China, pero aquí sigue lloviendo como en Macondo. Ayer, durante la visita al poblado aborigen de Santimen ("puerta de tres tierras"), nos calamos casi por completo. Y hoy salimos de Pingtung en tren hacia el norte, hacia Taitung, Hualien y Taipei. Chen y yo estaremos de vuelta en Pingtung en torno al día quince.

4.8.05

Kenting y Matsa

Acabamos de regresar de una excursión de dos días en Kenting, al sur de la isla. Es zona playera, surfera y dominguera, y desde ella se divisan tanto el estrecho de Taiwán (que nos separa de la China pseudocomunista, es decir, capitalista y ultranacionalista; esto es por si alguien aún no se ha enterado de la muerte de Marx, Mao y Deng) como el océano Pacífico.

Me he bañado con mis sobrinos en la playa de Paishawan ("playa de arena blanca"), mi primer chapuzón en aguas de estas tierras. Ayer visitamos la reserva natural o parque nacional de Kenting. Entre otros bichos, vimos un ciempiés grandote negro con patas amarillas; avispas venenosas; ardillas; una araña gigante (como la palma de la mano) pendiente de su red igualmente enorme; algún pájaro; búfalos asiáticos; lagartos; muchas y muy variadas mariposas; libélulas y caballitos del diablo... Del reino vegetal, helechos, taro y muchas otras plantas cuyo nombre no conozco ni recuerdo. A diferencia del resto de la isla, donde el clima es subtropical, en Kenting es tropical, con abundancia de palmeras y exhuberante vegetación. Sólo nos faltó toparnos con una serpiente venenosa, de cuya presencia advertía la señalización del parque.

Por la tarde cruzamos una zona arrasada por un tifón reciente. La carretera, que serpentea aferrada a las montañas del interior, aparecía interrumpida, retorcida, rota por corrimientos de tierra y desprendimientos, como si hubiera sufrido un terremoto. Ese tifón causó bastantes estragos al menos en el sur del país, con algún puente destruido, o con zonas de bosque tropical abrasadas por una ola de aire caliente.

Más tarde fuimos a ver unas fuentes naturales de gas con llama incluida. A los que seáis de Islandia, Santorini, Tenerife u otro paraje volcánico, no os sorprenderá que te ofrezcan hacer palomitas de maíz al aire libre, sin necesidad de mecheros, cerillas o de tener que pagar la factura de Gas Natural.

Esta noche, cuando ya nos encontrábamos de vuelta en el hotel, empezó la tormenta. Se trata de los primeros coletazos del tifón Matsa, procedente del sureste. A las nueve de la mañana de hoy el centro de la espiral del tifón se hallaba a 350 km al sureste de Taiwán; mañana a la misma hora, estará a unos 120 km de la costa nororiental (p. ej. la ciudad de Hualien). Por alguna razón, Kenting y Pingtung son las zonas donde más lluvia ha caído. Anoche, como decía, horas de chaparrón con rayos, relámpagos y truenos literalmente acojonantes. Pero, claro, eso no es un tifón, sino tan sólo las consecuencias en la periferia de su radio de acción.

Ahora, en Pingtung, hace un día otoñal o primaveral (desde una perspectiva española): cielo cubierto, y algunas gotas de vez en cuando. Pero, apunta mi hermana, con mucho calor...

9.3.05

"Hiroshima, mon ami(e)"

En Kioto también tuve el placer de reencontrarme con otros amigos genuinos, Hughimoto y Masumi. Hughimoto, lector de Montaigne en su juventud, ha sido durante los últimos más de 40 años la única ventana al mundo esperantista de Kanzi Ito, señor ya anciano y de salud delicada que ha conseguido recopilar y reeditar en una cincuentena de volúmenes casi todos los incunables del esperanto, los primeros folletos y libros, muchos de los cuales se creían perdidos, publicados algunos en las lenguas más diversas de la Europa de finales del siglo XIX, así como las ediciones originales de los primeros clásicos de esta lengua nueva. Pensar que también el autor de esta empresa quijotesca y robinsoniana se salvó por los pelos del delirio termocida del presidente Truman…

El día 25 dejamos Kioto y nos fuimos al sur. Llegamos a Hiroshima a mediodía y disponíamos antes de nuestra cita de un par de horas para visitar el imprescindible museo de la paz y memorial de la explosión atómica. El año pasado, aparte de ver dos magníficas películas de los años 50 del director japonés Ozu (“Cuentos de Tokio” y “Buenos días”, que inspira uno de mis poemas en “Saturno”), también me leí de un tirón, solo en la habitación del hospital la víspera de mi operación de dolicomegasigma, la obra “Hiroshima, mon amour”, de Marguerite Duras, cuya versión cinematográfica por Alain Resnais, igualmente interesante, había visto meses antes en Estrasburgo. Y ahora estábamos Chen y yo en los mismos lugares en que se rodó este filme, 60 años después de que el Enola Gay dejara caer al mortífero Little Boy a un centenar de metros de allí.

Camino de Hiroshima y en la propia ciudad, había garabateado tres tankas en mi cuaderno. No son nada, una superficialidad ante la magnitud de lo ocurrido, herida todavía abierta en la consciencia de muchos japoneses aunque me temo que no en la conciencia de tantos norteamericanos. Y, sin embargo, me niego a censurarlos. Son tal vez un primer paso hacia algo que puede que escriba en otra ocasión. No son casi nada, pero algo son:

“Datreveno”

1

Jam sesdek jaroj
pasis de l’ granda krimo,
kiam Usono
kovarde kaj barbare
cindrigis Hiroshimon.

2

Urbon cindrigi?
Nur ludo por infanoj.
Premi butonon
kaj en flamojn transformi
la vivojn de l’ urbanoj.

3

Atombombitaj
Hiroshim’, Nagasako,
ne malesperu
char Uson’ vin omaghas
persiste en Irako.

[Hiroshima, 25-26.2]

(“Aniversario”: 1 Sesenta años / han pasado ya del gran crimen, / cuando los Estados Unidos / de modo vil y bárbaro / redujeron a cenizas a Hiroshima. // 2 ¿Reducir a cenizas una ciudad? / Un juego de niños. / Pulsar un botón / y transformar en llamas / las vidas de sus ciudadanos. // 3 Hiroshima y Nagasaki / destruidas por la bomba atómica, / no desesperéis / porque los Estados Unidos os homenajean, / pertinaces, en Iraq.)

Dos horas en el museo pasan volando y no se olvidan. Como os decía, allí se consumó un gran experimento de las ciencias no sólo naturales sino también sociales, con 400.000 cobayas. No bastaba el bombardeo convencional sistemático que pretendía estudiar, por ejemplo, si la tercera ciudad del Japón seguiría manteniendo el tercer puesto de la lista en la posguerra después de haber sido destruida, pongamos, en un 75%, o la quinta ciudad una vez arrasada en un 80%. ?¿De qué se trataba? ¿De probar la bomba y sus efectos? ¿De amortizar las sumas ya gastadas? ¿De que capitulara Japón y, de paso, de disuadir y acojonar a la Unión Soviética y al resto del planeta? ¿De escribir una página en los libros de historia donde se habla de los valores de Occidente y de la supremacía democrática de los Estados Unidos? ¿Por qué, dos años antes de la derrota de la Alemania nazi, se había decidido ya usar la bomba atómica no contra los alemanes sino contra los japoneses? ¿Y por qué destruir así, sin advertir a sus habitantes (que disfrutaban de una inexplicable, sospechosa y pérfida tregua en los bombardeos), una ciudad y no una zona militar o despoblada? ¿Por qué repetir la hazaña tres días más tarde en Nagasaki? ¿Sería, como escribe Rafael Sánchez Ferlosio, que “cuando la flecha está en el arco, tiene que partir”?

Naturalmente, el cerebro privilegiado de Einstein había sentado las bases del conocimiento de la energía nuclear (y de mucho más) a principios del siglo pasado; naturalmente, los científicos expulsados o huidos de Alemania por judíos temían que Hitler consiguiera la bomba, y convencieron a Roosevelt para que los Estados Unidos se adelantasen, cosa que éstos lograron; naturalmente, los japoneses habían hecho de las suyas a diestro y siniestro en toda Asia, y probablemente no habrían dudado en usar armas atómicas de haber contado con ellas; naturalmente, los soviéticos declararon la guerra al Japón atacando Manchuria cuando ya se adivinaba el final y el resultado de la Segunda Guerra Mundial… Naturalmente, claro.

En Hiroshima, ciudad renacida de las cenizas y los escombros (de hecho, en el jardín de la casa donde nos alojábamos pude ver un perro mapache [nyctereutes procyonoides], curioso animal no doméstico sino silvestre), leí también en su traducción al esperanto la obra “Notas del delta”, de Okada Haru, donde relata con todo tipo de pormenores los primeros momentos, días y semanas tras la explosión de lo que, en su desconocimiento teórico, poco a poco las víctimas fueron denominando “un nuevo tipo de bomba”. Bomba que no se limitaba a destruir y calcinar en un segundo una ciudad entera, como podrían hacerlo un asteroide, un terremoto, una erupción volcánica o el tsunami de las navidades pasadas, sino que además dejaba a los habitantes de las ciudades atacadas el regalo envenenado de la radioactividad, el cáncer, los tumores, malformaciones y mutaciones, pesadilla que todavía no ha concluido.

A los que os interese el tema, os recomiendo la siguiente página web que no tiene desperdicio:

http://en.wikipedia.org/wiki/Atomic_bombings_of_Hiroshima_and_Nagasaki

El día 27 proseguimos nuestro viaje hasta Fukuoka. De los tres últimos días mencionaré nuestra visita al volcán Aso, cerca de Kumamoto, en compañía del señor Kino, otro esperantista muy simpático (y que, de niño, pudo ver desde su ciudad el hongo atómico sobre Nagasaki, a unos 100 km de distancia, una horrible masa ascendente de humo rojo y negro). Al igual que en el Teide o en Santorini, la antigua caldera o cráter del Aso primitivo se derrumbó en tiempos remotos dando lugar a una cadena montañosa de forma circular que circunda un valle, dentro del cual han surgido a su vez las calderas humeantes de los nuevos volcanes, entre ellos el monte Aso propiamente dicho, así como varios pueblos irreflexivos y temerarios que viven de la agricultura y el turismo. Fuimos un lunes frío y soleado, día de pocas visitas. Al llegar al borde exterior del gran cráter, el bosque de coníferas desaparecía en favor de un paisaje amarillo como el de las dehesas extremeñas en pleno verano, pero en este caso en invierno y con pendiente pronunciada. Después, por otra carretera, descendimos al valle y subimos al nuevo Aso, si bien no pudimos asomarnos al borde del cráter porque el último tramo de la carretera estaba cortado dada la dirección del viento, que lleva consigo las emanaciones venenosas del volcán. Me atrevo a mostraros un pseudohaiku facilón basado en un juego de palabras: en esperanto y en un registro literario, la palabra “aso” puede significar “el (tiempo) presente”:

“Aso”

Vulkano Aso
pensigas min pri iso
kaj ech pri oso.

[27.2?]

(“Aso”: El volcán Aso / me hace pensar en el pasado / e incluso en el futuro.)

Tanto en Tokio como en Fukuoka di charlas informales en esperanto sobre la Unión Europea desde el punto de vista o de partida de la interpretación; después de las charlas hubo cenas, cómo no, en Kumamoto incluso sin charla previa. En la de Fukuoka, entre brindis y brindis, los comensales no sólo escucharon divertidos e interesados mis diversos tankas, sino que uno de ellos, miembro del Club del Haiku (en internet) me animó a que improvisara alguno. Como quiera que otro de los asistentes nos había preguntado a Chen y a mí por el secreto de la felicidad en el matrimonio (¡tan pronto!), y aprovechando la comparación que se me había ocurrido en una conversación con el señor Nisida, compuse el siguiente tanka que luego retoqué para dar cabida al juego de palabras visual, caligramático:

"VIVI"

Geedza paro
felichos ech jarmilon
se ghi alterne
jen dise-kune VIVos
simile ventumilon.

[Fukuoka, 27.2]

(“VIVIr”: Un matrimonio / será feliz mil años / si alternativamente / VIVen, ahora separados, luego juntos, / como un abanico.)

No sé si llamarlo declaración de intenciones, wishful thinking, hacer de la necesidad virtud, o de tripas corazón…

Con esto termina el viaje a Japón, pero no la luna de miel, porque faltan Taipei, y Pingtung, y lo que quede por venir… Si me preguntáis por lo mejor del Japón (no de este viaje en particular), para mí, quizás el don(buri), ese plato que consiste en un cuenco de tamaño mediano o grande lleno de arroz blanco con una textura, aroma y sabor que sólo se encuentran allí, y cubierto con una capa de sashimi de atún, o de filetes de anguila, de tempura de marisco o verduras, o lo que apetezca. Ah, qué inmenso placer… (al igual que en la paella, lo mejor es el arroz). Y un deseo para el futuro: otro baño caliente al aire libre durante una nevada en las montañas, pero mixto, con Chen, y con un chupito de sake en la mano para vivir eso que en japonés se denomina “yukimizake”: ver [“mi”] la nieve [“yuki”] bebiendo vino de arroz.

Así que el 2 de marzo aterrizamos en Taoyuen y nos vamos a casa de nuestro amigo, el renombrado cocinero Jimmy Chin, cuyos tres restaurantes, antes llamados “Vanilla” y ahora “Amor y Pan” (en español castizo), van viento en popa. El de su propia casa, que sólo abre por las tardes, es más bien café y tetería con repostería occidental; el segundo de Taoyuen, abierto todo el día y con más mesas, sirve también ensaladas y pasta; el tercero y más reciente, en Taipei, ofrece comida inspirada en la cocina española pero con sabores y presentaciones muy diferentes, como en el caso de las sorprendentes gambas con salsa de chocolate.

El día 5 por la mañana escribo en la libreta:

Bonvena shangho:
senhasta kaj abunda
la matenmangho.

(Bienvenido cambio: / sin prisas y abundante / el desayuno.)

En Taipei, aparte de quedar con amigos e ir al cine a ver “Finding Neverland” (no creo que en España se hayan atrevido a traducir el título como “A la búsqueda de la Tierra de Nunca Jamás”), que, por cierto, me obligará a buscar y leer “Peter Pan”, también ocurrió algo digno de mencionar. La noche del 5 al 6 de marzo, a las 3h06 y 3h07 de la madrugada, dos temblores de tierra diferentes pero casi simultáneos (lo que al parecer resulta muy infrecuente por estos pagos), con epicentro en la región de Ilan y Suao e intensidad de 5.9, sacudieron también nuestro apacible sueño en Taoyuen. Su efecto, amortiguado por la distancia, se redujo a despertarnos y a hacer que temblaran los muebles del cuarto pero sin que cayeran objetos al suelo. Yo, la verdad, me acojoné bastante, sobre todo con el segundo temblor, de modo que pusimos en práctica lo de protegerse debajo del hueco o quicio de una puerta. Al rato volvimos a la cama mientras se oían ladridos de perros en el vecindario y el sonido de alguien que abría su coche con el telemando; al final, cuando el silencio volvió a imperar no turbado por vehículos o bichos, caímos de nuevo presos del sueño.

Y ahora ya estamos en Pingtung. Yo, contento por haber terminado este reportaje, lo que me permitirá pasar más tiempo junto a “mi” templo leyendo o dibujando, aunque me temo que al haberlo elegido para algunas de las fotos de nuestro álbum nupcial haya(mos) contribuido a que se perturbe su paz al margen del espacio tridimensional en el que se desarrolla la vida mundana y social: parece que al fotógrafo le gusta el decorado, pues ayer me lo encontré allí de nuevo haciéndole fotos a otra pareja de inminentes o recién casados.

Termino con un último tanka, sin relación alguna evidente con todo lo anterior, “escrito” ayer mismo mientras me despertaba y levantaba de la cama:

"Miraklo"

La mondon regas
la sankta seksdiino.
Chiusekunde
shi faras oron lano
kaj akvon rugha vino.

[Pingtung, 8.3]

("Milagro": Gobierna el mundo / la santa diosa del sexo. / Cada segundo / transforma el oro en lana / y el agua en vino tinto.)

¡Salud y poesía!

21.9.04

muerte anunciada de las crónicas taiwanesas

Ésta es la (pen)última crónica. Se veía venir después de la incontinencia verbal de hace un par de semanas. Pido disculpas por parafrasear el título de GGM, pero es que el mamoncete titula tan de puta madre que al final acabas citándolo queriendo y sin querer, venga o no a cuento.

Algunos me habéis dicho que las encontrabais interesantes (gracias, ya me diréis cuánto os debo); otros, más bien otras, que demasiado impersonales, y que parecía Labordeta o del National Geographic; a éstos últimos os dedico la de hoy, para que escarmentéis.

Ah, lo que envío no sigue ningún orden lógico. Cosas de la pereza selectiva.

Por un pelo

Es mi última semana en Tawán. Todo son cenas, despedidas y momentos dramáticos. Me acaba de cortar el pelo mi amiga Kiki, peluquera de profesión. Mientras ella llegaba de no sé dónde (siempre me pierdo algo cuando me hablan en chino, e incluso en inglés), una de las chicas de su peluquería (Kiki es la jefa) me dio un lavado-masaje de cabeza y hombros re-la-jan-te y es-tu-pen-do. Tengo que pasaros la dirección por si venís un día por Pingtung.

Como decía, es martes. El sábado Chen y yo subimos en tren a Taipei/Taoyuen, el domingo por la tarde cojo el primer avión, y, el lunes, tras unas 21 horas de aeroburrimiento, llegaré a Madrid.

Fauna de Pingtung

Me olvidé de las libélulas, esos bichos tan guays o, como diría Borges, improbables y atroces.

Increíble pero cierto

Ayer por la noche, en una de las callejas del mercado nocturno de Pingtung, Chen y yo vimos una moto aparcada con 2 pegatinas 2 de "Antena 3 TV". No nos atrevimos a indagar.

Doble datación

Aparte de que el 2004 sea, al mismo tiempo, el año 93, también coexisten el calendario solar (enero, febrero etc) con otro lunar. Los días de comienzo y fin de los meses lunares no coinciden con los solares, pero son ellos los que determinan la mayoría de las fiestas (vamos, como nosotros con la fecha móvil de la Semana Santa). Por ejemplo, el 3.9 (3 de septiembre, que en chino se dice "tercer día de la novena luna") era el 19.7 del calendario lunar.

Terremotos

Menciono esa fecha porque el 2.9 (ó 18.7), a las 14h07', tuvo lugar un temblor de tierra cerca de la ciudad de Tainan. La intensidad fue de 4.5 Richter en el epicentro, menos de 1.0 en Taipei. Yo no me enteré, o, mejor dicho, me enteré al día siguiente leyendo el periódico (hace años, en 1995 en Bruselas, me despertó de noche un pequeño terremoto; tras descartar la hipótesis por absurda y preguntarme si habría sido un tranvía trasnochado en la calle Lesbroussart, me eché a dormir de nuevo... La respuesta la encontré a la mañana siguiente, en el periódico).

El fin de semana pasado estuvimos en Taichung. Mientras Chen asistía a una reunión de trabajo el sábado por la mañana, otra amiga (Nathalie), su hermana, cuñado, dos niñas de 6 y 8 años y yo hicimos una excursión en coche. Primero visitamos el lugar donde están construyendo el Museo del Terremoto 921 (el 21.9.1999 un terremoto de magnitud 7.6 mató a 2.415 personas en Taiwán); han conservado tal y como quedó un instituto de bachillerato destruido por el seísmo (que, por suerte, sucedió de noche, cuando el centro estaba vacío). Lo único parecido que había visto antes fue, en 1987, la casa de Gadafi bombardeada por aviones estadounidenses (creo que murieron una o dos hijas del coronel), con la diferencia de que el instituto es mucho mayor y de que parece que las ruinas acabarán siendo engullidas por la exuberante vegetación tropical taiwanesa, con lianas, plantas trepadoras, helechos etc.

Lago del sol y la Luna

También fuimos a ver el Lago del Sol y la Luna (llamado así por que desde el aire recuerda a un sol y una luna o, según otras versiones, a los ideogramas chinos para "sol" y "luna", que a su vez no se parecen en nada a ningún cuerpo celeste conocido). Es un lugar tranquilo, agradable, hermoso, aun no profanado por hordas de turistas (¡viva el elitismo!), un lago rodeado de colinas y montañas, algunas de ellas con templos, otras con nubes bajas que ocultan la cumbre. No sé si como resultado del terremoto 921, con epicentro no muy lejos, lo cierto es que en uno de los extremos del lago, cerca de la orilla, no en tierra firme sino en la superficie del propio lago, se ve surgir agua a borbotones, como si se tratara de un jacuzzi gigante o si algún desaprensivo hubiera quitado el tapón del desagüe. La verdad, no había visto antes nada tan raro como eso.

Espíritu aventurero

Como veis, si algo me caracteriza es la falta de espíritu aventurero. Como buen burgués, evito las aglomeraciones de turistas, los sitios demasiado visitados, los páises demasiado pobres, las ciudades demasiado peligrosas, las calles demasiado solitarias u oscuras, la comida demasiado picante... Menos mal que Taiwán me permite tomar tantas preacuciones y sentirme lejos de todo al mismo tiempo.

Es curioso, en parte me recuerda a España y en parte a Finlandia. Lo de Finlandia puede que sea por el tipo de vida que llevo aquí: un poquito de estudio del idioma, vida social por un tubo, paseos a pie o en bicicleta, excursiones, aguas termales, extraña combinación de occidentalización y exotismo...

Por cierto, me confirmaba Robin (un anglotaiwanés que se gana la vida cantando en bares y restaurantes) que, en efecto, aquí, en las localidades pequeñas, uno "es especial" sólo por el hecho de venir de lejos (lo que en sí mismo no tiene nada de particular). Lo cierto es que algunos individuos sí que acaban por creérselo. Debe de ser la naturaleza humana, como lo del sargento chusquero que se imagina general, emperador, o senador vitalicio.

Basura

Por la tarde los camiones de la basura recorren las calles de la ciudad emitiendo incesantemente por sus altavoces el fragmento de una melodía de música clásica cuyo título y compositor desconozco (lo tengo en un CD en casa, en Madrid). Así la gente sabe cuándo bajar la basura al camión. A mí, aunque sólo tengo que oírla un minuto y medio al día (los días que me pilla de por medio), ya se me hace un tanto insufrible, conque* no quiero ni imaginarme a los desgraciados currantes que tienen que sobrellevarla en el camión hora tras hora, día tras día...

[*en su momento comprobé la existencia de este "con que", escrito así, juntito, aunque no aparezca en todas las gramáticas]

Identidad

Aparte de la amenaza permanente de China, un tema que aparece a diario en el periódico que leo, el "Taipei Times", es el de la identidad de los habitantes de la isla. ¿Son taiwaneses? ¿Son (también) chinos? ¿Al idioma Hoklo, hablado por el 70% de la población, se le puede llamar taiwanés? ¿Pero que pasa entonces con el chino? (Antes de 1945 aquí no lo hablaba mucha gente, pero desde entonces tuvo lugar, por obra y gracia del KMT o Kuomingtan, una exitosa sinización cultural de la isla, por ejemplo en todos los niveles de la enseñanza) ¿Y con el Hakka (idioma de una minoría étnica que, en Fujien, China, son unos 40 millones)? ¿Y con las lenguas aborígenes?

¿Cómo llamar al país? Algunas posibilidades que barajan la prensa y los políticos: 1) ROC (República de China); 2) Taiwán; 3) Taiwán, ROC; 4) Taiwán (ROC); etc. Cada denominación tiene sus matices (desde el independentismo hasta el deseo de unificación con China), se hacen cábalas sobre sus respectivos significados...

Cerveza

Aquí la cerveza se puede y suele tomar con cubitos de hielo. Ah, y en algunos sitios incluso tienen San Miguel.

Superstición

Como en chino el número 4 suena igual que "muerte", las calles no suelen tener los números 4, 14, 40 y creo que tampoco 44, pues nadie compraría las casas. Al parecer lo mismo ocurre con las habitaciones de hotel.

Por otra parte, he visitado con Teresa, la mujer de Michel, un par de templos del centro de la ciudad. Sus explicaciones fueron muy interesantes, pero me las guardo para cuando me toque hacer de guía en carne y hueso.

No sé si ya dije que, a la entrada de los templos taoistas, hay unos hornos donde se quema dinero falso para los dioses y espíritus. Mas curioso aún, al menos para mí, es ver los camiones que transportan pacas de fajos de billetes "falsos”, o los garajes donde se almacenan, y pensar que, mientras aquí se imprimen y arden fortunas, en España se hornean y reparten hostias.

Regalo

Me han regalado una figura de jade, de unos 4 cm de largo, 1 cm de ancho y medio de grosor, que representa a un anciano venerable, con las manos cruzadas sobre el pecho, quieto, tranquilo. Es un colgante y, de hecho, lo llevo puesto al cuello (por debajo de la camisa, no soy tan hortera) desde hace varios días. No se trata ni de Confucio ni de Laotsé, aunque parece estar más relacionada con el taoismo, y me han dicho que sigue los modelos de la dinastía Song, de los siglos XII-XIII (vamos, como si me hubieran regalado un icono bizantino). Me preguntaba por qué me gusta tanto, si sería por la naturaleza del jade, esa piedra que recuerda el agua de una charca rodeada por la vegetación. Creo que también se trata de otra cosa, del contraste con los cuerpos agónicos, retorcidos, sufrientes de los crucifijos, con el sadomasoquismo morboso de la imaginería católica y, en general, judeocristiana. Me quedo con este viejo maestro que, por otra parte, viene de la China continental (en Taiwán no se tallan este tipo de figuras). Y si no, que venga Zeus y lo vea.

Curso intensivo de chino

LECCIÓN 3

"sí" en chino se dice "sí" (es una de las mil formas de decirlo).

LECCIÓN 4

"toro de lidia" se dice "toño".

LECCIÓN 5

"torero" se dice "toño sí".

3.9.04

Tarzán en Taiwán

Parece que se me van acabando los temas sustanciosos. Hoy me limito a observaciones sueltas. El título hace referencia a esa peli de nuestra infancia, "Tarzán en Nueva York". No es que yo me sienta aquí igual de perdido que Johny Weissmuller en la gran ciudad, pero a veces, con esto del idioma y las costumbres, sí que me gustaría contar con Chita para que pudiera echarme una mano.

Pingtung: flora y fauna

Algunos días me da la impresión de encontrarme en otra balsa de piedra, como la descrita por Saramago. Y cuando llega el chaparrón de media tarde esto parece Macondo. Desde la ventana de mi habitación veo bloques de viviendas (parecidos a esos de ladrillo de las ciudades españolas) pero también edificaciones más pequeñas, como las típicas casas de comidas (o de bebidas). Veo también palmeras (cocoteras o de betel). Y en la calle, a pie o desde la bicicleta, me cruzo con chuchos callejeros, todos de tamaño mediano pero de diferente pelaje y color (nada de perros de raza, menos mal; lo único "de raza" que he visto ha sido una especie de caniche canijo, blanco, más feo que un bacalao). Gatos, parece que no hay en Pingtung. Por la mañana temprano lo primero que oigo son pájaros, no sé si vencejos o golondrinas. Ahora que lo pienso, algunos días, aunque no todos, me despierta el quiquiriquí de los gallos. Por la noche, cuando vuelvo a casa, me encuentro con bastantes murciélagos que sobrevuelan de uno a otro extremo el canal a lo largo del cual transcurre mi callejón (vuelan bajo, por debajo de las ramas de los árboles, y parecen mayores que en España o en la isla griega de Íos, quizás porque aquí los veo más de cerca).

Hace una semana, cuando caminábamos Chen y yo de noche al borde del canal, nos cruzamos con un señor ya mayor en bicicleta que, al pasar de largo, exclamó refiriéndose a mí: "Narizotas" (o sea, "guiri"). El hombre es bicho raro para el hombre.

También he visto, como en Íos o en Sant Joan (Mallorca), pero no en Madrid, salamanquesas (no sé si también se llaman geckos o guecos), con la diferencia de que aquí una de ellas se aventura dentro de mi habitación. Como no me molesta, la dejo estar, a ver si se zampa algún bichito. Por su vida silenciosa y el contraste con sus movimientos predatorios, en chino se llaman "bihu" [pr. esp.: pi-ju], es decir, "tigre de pared". Además, sus visitas casi de incógnito me han permitido fijarme en algo tan sutil y liviano que hasta ahora siempre me había pasado inadvertido: el excremento de salamanquesa.

País desarrollado

Todos los días leo un periódico en inglés, el "Taipei Times". Si queréis desconectar de Rajoy, Bono, Terelu, Ibarretxe etc, os recomiendo echar un vistazo de vez en cuando a la edición "on line" "www.taipeitimes.com". Ayer hablaban de lo mucho que ha descendido (y sigue haciéndolo) el índice de natalidad. Otro artículo trataba un fenómeno aún más significativo, el del suicidio, que al parecer ha ocupado las mentes de más de la mitad de los participantes en una encuesta. No sé si se trata de que han reflexionado sobre la idea del suicidio desde un punto de vista teórico (según Camus al principio de "El mito de Sísifo", se trataría de la única cuestión filosófica realmente relevante) o de si, simplemente, se lo han pensado alguna vez. Como no todo el mundo sabe (y muy bien explica Santiago Alba en uno de los artículos recogidos en su libro titulado "Torres más altas" o algo similar), la gente de países más pobres se suicida menos; mueren de hambre, o por los efectos de nuestras bombas, pero, lo que es suicidarse, apenas lo hacen. Pues bien, el año pasado se suicidaron en Taiwán 3000 (tres mil) personas, lo que da un porcentaje mayor al de Inglaterra, Alemania e incluso EEUU. Hoy me contaban que hay una gran presión social en lo que se refiere a los estudios, y que otro motivo importante son las frustraciones o los desengaños amorosos. A esto se lo llama civilización y progreso.

Por cierto, en el número de ayer de TT anunciaban para el de hoy un artículo sobre la educación, acerca de la cual los políticos no hacen más que hablar de cara a la galería cuando, en realidad, es en las escuelas donde se marca a las futuras ovejas o cabras cuando todavía no han cumplido 18 años. A ver si luego tengo tiempo de leerlo.

También contaban el siguiente...

Chiste ruso:

Bush (hijo) va al dentista y éste le pide que abra la boca y diga "Aaaa". Bush responde: "¿Al mismo tiempo?"

Lugares sagrados

En junio, en Grecia, me molestaba que de la antigua religión de los griegos sólo quedaran en pie monumentos y ruinas y no poder asistir a ninguna ceremonia (como las descritas por Homero) en alguno de sus numerosos templos. Menos mal que en Taiwán, aunque abundan las iglesias cristianas de diverso tamaño, color y pelaje, los templos taoistas, budistas y/o confucianistas siguen en funcionamiento y no han sido barridos por los "cultos" de occidente.

WC

Otro punto en común con Grecia son los retretes. Tanto si son de silla como si se trata del modelo similar a un plato de ducha con un agujero en el centro y unas marcas para los pies (el más frecuente en todo el país), en ningún caso y bajo ninguna circunstancia se puede arrojar papel al retrete, tanto en lugares públicos como en domicilios particulares. En Grecia, al ver los avisos al respecto, me entraban ganas de escribir: "No arrojar poemas al retrete" (relacionaba la frase latina "Hoc fecit Vergilius", esto lo hizo o escribió Virgilio, con el esperanto de "Chi tie fekis Vergilio", aquí cagó Virgilio). En Taiwán los carteles están en chino pero se entienden igual de bien.

Homero

La palabra "hipopótamo" procede del griego y significa "caballo de río". Así se dice también en finés ("virtahepo"), alemán ("Nielpferd", caballo del Nilo) y en chino, "hema" [pr. je-ma]. Por una de estas extrañas casualidades de la vida el nombre de Homero también se pronuncia "hema", exactamente igual, auque se escriba de forma distinta. El que no se entretiene es porque no quiere.

Café

Aquí lo que está de moda ahora es el café y los cafés, como Starbucks, donde te clavan con la excusa de que también ofrecen un ambiente distinto. Debe de ser como lo del "sushi" en la Península.

Mascarilla

Numerosos (moto)ciclistas llevan puesta una mascarilla o bozal (con tejidos, colores y diseños muy variados), en teoría para protegerse de la contaminación causada por el tráfico. Pero, como confirmaba ayer mis sospechas mi amiga Jane (el nombre no es de coña, nada que ver con lo de Tarzán), la mascarilla no sirve para nada, salvo quizás para llegar con la cara un poquito menos sucia a la cita, ya que uno no puede dejar de respirar y de inhalar el mismo aire que si no la llevara. Y, sin embargo, la llevan.

Todo doble

Otra amiga, Kiki, me decía que en Taiwán todo es doble. Dos calendarios, dos nombres, dos nocheviejas, dos novios... Si bien la mayoría se rige por el mismo calendario que nosotros, el calendario oficial cuenta los años a partir de la fundación de la República de China, en 1911. Así que, según el ticket de caja del 7Eleven, hoy es 2004-09-03, mientras que según el de Starbucks en Sogo (El Corte Inglés de estas latitudes), nos encontramos en el día 93/09/03, es decir, 3 de septiembre del 93 (no de 1993, no, sino del 93 y punto). Además, para sus fiestas tienen también el calendario lunar, con el Año Nuevo Chino etc.

En cuanto a los nombres, aparte del nombre oficial en chino, a cada uno se lo llama de manera distinta, con un mote o apelativo, según se dirijan a él sus padres, hermanos, amigos, colegas... Por ejemplo, conozco a una chica a la que llamamos Xiao-Mi, literalmente "pequeño arroz, arrocito", es decir "mijo"; a la novia del hermano menor del cuñado de Chen (¡!) todos ellos la llaman Xiao-Bai-Mei, algo así como "Guapa Blanquita" o "Blanca Bonita" (lo cual la describe bastante bien). Y yo, con mi nombre y dos apellidos polisílabos, supongo que los tengo algo desconcertados. Reformulo la frase: el hombre es un perro verde para el hombre.

Por otra parte, casi todos los taiwaneses tienen también nombres de pila occidentales... y cuáles: Annette, Apollo, Carly, Flora, Ingrid, Jessica, Krein... Y, sin embargo, me gusta la idea de poder elegir un nombre, el que a uno le guste, y que luego aparecerá junto con el nombre chino incluso en el pasaporte. Yo todavía puedo hacer lo mismo, pero a la inversa, al escoger mi nombre en chino. Otra amiga, Lily, no contenta con esto, se ha buscado también un nombre en español, María José, aunque no creo que vaya a utilizarlo mucho.

Titanic

Por cierto, Lily y Robin (un inglés que lleva ya 25 años en la isla), al saber que la canción que más odio es "Titanic", de Celine Dion, me la han tarareado varias veces esta mañana, llamando así la atención del público circundante, menos propenso a estas exhibiciones de talento artístico. La canción más odiada por Robin es "Hotel California", de Eagles, que a menudo le piden que toque cuando canta con su grupo. Seguro que todos tenemos nuestra canción maldita.

Poemas

Ah, hoy estoy especialmente contento porque ayer me llegaron por correo los ejemplares de mis dos libros de poemas recién publicados. Por fin he podido verlos, tocarlos... y releerlos.

Curso intensivo de chino

Para terminar, aquí van las dos primeras lecciones de un nuevo método de mi invención para aprender chino por asociación de ideas. Dos españoles residentes en Taipei me han confirmado que funciona. Cada lección sólo consiste en aprender una palabra, así que, ánimo, todos podéis hacerlo.

LECCIÓN 1

"caracol" en chino se dice "coño".

LECCIÓN 2

"lápiz de labios" se dice "cojón".