Se casan Marga y Franco, y yo, con tal motivo,
pensaba declamar algún leve poema
sobre el amor eterno, o sobre el matrimonio
sin que cundiera el pánico o la vergüenza ajena
entre todos vosotros, invitados y novios,
pero, busca buscando, los textos que encontré
de Yibrán, de Tagor e incluso de Alberti
me parecieron blandos, o demasiado cursis
con tantos resplandores y álamos y céfiros.
Así que, camaradas, lo escribiré yo mismo,
pensé, y en un segundo me vino a la cabeza
el tándem Tierra-Luna, en el que la segunda
no es que orbite ella sola en torno a la primera
como mero satélite o perrito faldero
sino que giran ambas sobre un centro común
que, por razón de peso, reside en nuestra Tierra.
No son primas o hermanas sino dos singulares
amantes que se trenzan en un hermoso tango
de millones de años que muy pocos perciben
pero del que dependen la vida y las mareas.
¿No me estaré pasando con las comparaciones?
Recordemos que hay gente que no ve las estrellas…
Alego en mi defensa que, hace ya algún tiempo,
dirigí la mirada al breve positronio,
pareja semejante en el cosmos subatómico.
Pero quizás algunos creáis conveniente
imaginarnos algo tangible, más cercano,
por ejemplo, dos bellas tormentas de los trópicos,
dos potentes tifones al este de Formosa,
que unen sus querencias e ímpetus vitales
en un abrazo enorme en medio del océano.
En resumen, amigos, se casan Franco y Marga,
ocasión excelente para que hoy llenemos
de vino nuestras copas, brindemos y bebamos.
10-11.2.2012
[haz clic aquí para leer el mismo poema en esperanto]
PD: (Si se quiere leer este poema en nupcias cuyos novios tengan nombres más largos, puede leerse el título en lugar del principio del primer verso y, en vez del primero de la segunda estrofa, esto otro: “En resumidas cuentas, se casan dos amigos,”)
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7.4.12
12.8.09
Morakot
Sólo quería comunicar a los que habéis preguntado por la familia, amigos y conocidos de Chen tras el devastador paso por Taiwán del tifón Morakot que todos se encuentran bien. Gracias por preocuparos.

Si queréis leer más sobre tifones a su paso por Taiwán en este blog, pinchad en la etiqueta "tifón" bajo estas líneas.
17.8.07
Taiwán en Madrid
Si queréis ver un tifón en acción justo encima de Taiwán, no tenéis más que hacer clic con el ratón en el enlace llamado meteofilm Taiwán a la derecha de esta columna [un día después de escribir esas líneas, el sábado 18, el tifón Sepat ya se dirige hacia China]. (Observad también que he añadido una nueva columna con etiquetas temáticas). Ayer a mediodía, en el breve espacio No comment (Sin comentarios) que precede al pronóstico meteorológico y a las noticias en Euronews, emitieron imágenes de Pingtung inundada, aunque se trataba más bien de terrenos llanos en el condado o distrito de igual nombre que de la propia ciudad. La verdad es que algunas imágenes, de cutres que eran, resultaban deprimentes como tarjeta de presentación para gentes que nunca hayan estado allí. Pero así es la tele y así es la vida, amigos.
El mismo día, es decir ayer, Chen y yo recibimos invitaciones para ir a ver a un grupo de danza taiwanés en el Cuartel del Conde Duque. Se trata, en efecto, de la compañía Legend Lin Dance Theater, de Taiwán (y no de China como indican algunas páginas web españolas relativas al ocio y el espectáculo). Presentan del 16 al 19 de agosto su obra Miroirs de Vie (Espejos de vida), con duración de 1 hora y 40 minutos sin intermedio. Empezaba a las diez de la noche, y ninguno de los dos sabíamos lo que nos íbamos a encontrar salvo lo leído en el cuadernillo que repartían a la entrada. He de decir que, excepto por la incomodidad de los asientos (a pesar de que estábamos muy bien situados), más propios de la estación de Chamartín o de una parada de autobús interurbano, y pese a que tuvimos algo de frío debido a este inusualmente fresco agosto madrileño, pues bien, disfrutamos mucho del espectáculo.

Tampoco creo que se trate exactamente de teatro. Para empezar, no hay verdaderos personajes, ni acción (entendida como actuación, en lugar de narración, de una historia), ni diálogos. El propio espacio del escenario, negro y sombrío, me hacía pensar en un templo. Más bien se trata de una escenificación de diversos ritos taoístas (no del taoísmo como filosofía sino como religión tradicional, con su panteón equivalente a nuestro santoral, su folklore y procesiones). Podríamos compararlo, más que con las procesiones de Semana Santa en muchos lugares de España, con el hecho de que un artista cante, sobre el escenario, una saeta: la versión artística de algo más profundo, una expresión o manifestación de espiritualidad.
Me pregunto si todos los espectadores llegaron a impresiones y conclusiones semejantes. Sillas aparte, emocionalmente hablando no me sentí incómodo en ningún momento. Reconozco que algunos episodios me recordaban ceremonias concretas a las que había asistido en Taiwán, como el festival de los fantasmas en que se echan al cauce de los ríos pequeñas barquitas con una vela encendida en cada una de ellas; o los rituales funerarios en que se quema dinero falso como ofrenda para los dioses o para los que ya se encuentran en el mundo de ultratumba. Tal vez por ello pensé en un determinado momento que no bastaba con ver la obra, sino que también, y al mismo tiempo, había que leerla.
8.5.07
primavera en Taiwán
El martes que viene, 15 de mayo (San Isidro en Madrid), Chen y yo nos vamos a Taiwán, por vez primera para mí a estas alturas del año. Volveremos unas 4 semanas más tarde, el 12 de junio, con lo que me ahorraré asistir a la campaña de las elecciones municipales y autonómicas y a las victorias anunciadas de Gallardón (el Alcalde-Faraón) y Espe...ranza Aguirre ("Espe... jode lo que somos"). La verdad es que en Madrid los partidos de "izquierda" se lo ponen bastante fácil al Partido Popular, pero, en fin, qué lejos me va a quedar todo eso allá en el trópico, a orillas del Pacífico.

Aquí os muestro una foto de Taiwán tomada desde un satélite. Son unos 400 km (la distancia entre Madrid y Badajoz) de norte a sur, con unos 23 millones de habitantes y más naturaleza de la que uno se imagina.

En esta otra foto la isla de Taiwán, o Formosa, aparece en tamaño más reducido al noroeste de un tifón. Es sólo para que os hagáis una idea de las dimensiones.
Seguimos en contacto. Feliz primavera a todos,
Jorge y Chen
15.8.06
de tifones y hombres
La semana pasada os hablaba de que el calor “abrasador” me “abrazaba” o algo similar. Se trata de un calor húmedo muy diferente al seco de Madrid, éste sí abrasador en sentido estricto, así que supongo que me dejé llevar en la descripción por la similitud sonora de las dos palabras. Entonces se dio también la formación simultánea de 3 tormentas tropicales en el Pacífico. Un día antes de que llegara la primera, llamada Bopha, la Oficina Meteorológica Central de Taiwán pronosticaba que se encaminaba hacia el sur de la isla (Kenting), mientras que la armada de EEUU anunciaba que entraría por la costa este (Hualien); al final, se desvió hacia el norte y no hubo problemas. Tampoco se produjo el llamado efecto Fujiwara (de interacción, rotación y/o alimentación mutuas entre dos tifones) con el Saomai, que venía tras sus pasos. Éste también pasó de largo por el norte (es decir, por encima del larguero derecho a las gradas) y descargó su potencia directamente sobre China, donde hasta el momento se lo considera el peor sufrido en 50 años, con unos 300 muertos según las últimas cifras facilitadas por las autoridades comunistas. En cuanto a la tercera tormenta o depresión tropical, parece que se disipó en el océano.
Para China ha sido el octavo tifón de una temporada que en lugar de comenzar en julio (como era habitual) lo ha hecho en mayo. Hay consenso científico acerca del calentamiento del mar, que interacciona en las regiones tropicales y subtropicales con corrientes más frías procedentes de la fusión de los hielos polares, debida también al calentamiento de la tierra. Como veis, se trata de una espiral ascendente: cada vez habrá más, y más violentos, tifones, al tiempo que otras zonas vastísimas de China se ven azotadas por una sequía sin precedentes que afecta a millones de personas.
Esta mañana el periódico anuncia la formación de dos nuevas tormentas tropicales: Sonamu (a unos 920 km de Okinawa, moviéndose a 25 km/h en dirección E-NE) y Wukong (me ahorro los detalles). La velocidad de los vientos es mucho mayor que la de desplazamiento lineal de una tormenta. Ahora bien, como los centros (u “ojos”) de ambas distan unos 1300 km, no se prevé que se produzca el temido efecto Fujiwara. De modo que, por ahora, hace tiempo soleado y sin lluvias en casi todo Taiwán, lo cual podría cambiar durante el fin de semana y de manera impredecible, pues las previsiones meteorológicas sólo abarcan algunas horas y no siempre coinciden unas con otras. Esto significa que, cuando la amenaza parece inminente, el gobierno taiwanés declare un día de alerta, Día de Tifón, para facilitar las labores preventivas y de protección. Si algo de todo esto ocurre, os tendré informados.
Para China ha sido el octavo tifón de una temporada que en lugar de comenzar en julio (como era habitual) lo ha hecho en mayo. Hay consenso científico acerca del calentamiento del mar, que interacciona en las regiones tropicales y subtropicales con corrientes más frías procedentes de la fusión de los hielos polares, debida también al calentamiento de la tierra. Como veis, se trata de una espiral ascendente: cada vez habrá más, y más violentos, tifones, al tiempo que otras zonas vastísimas de China se ven azotadas por una sequía sin precedentes que afecta a millones de personas.
Esta mañana el periódico anuncia la formación de dos nuevas tormentas tropicales: Sonamu (a unos 920 km de Okinawa, moviéndose a 25 km/h en dirección E-NE) y Wukong (me ahorro los detalles). La velocidad de los vientos es mucho mayor que la de desplazamiento lineal de una tormenta. Ahora bien, como los centros (u “ojos”) de ambas distan unos 1300 km, no se prevé que se produzca el temido efecto Fujiwara. De modo que, por ahora, hace tiempo soleado y sin lluvias en casi todo Taiwán, lo cual podría cambiar durante el fin de semana y de manera impredecible, pues las previsiones meteorológicas sólo abarcan algunas horas y no siempre coinciden unas con otras. Esto significa que, cuando la amenaza parece inminente, el gobierno taiwanés declare un día de alerta, Día de Tifón, para facilitar las labores preventivas y de protección. Si algo de todo esto ocurre, os tendré informados.
7.8.05
diluvio particular
Ayer por la tarde, en un hospital de Kaohsiung en el que me encontraba de visita, escribí el siguiente tanka, aún sin título:
Rekonstruite
la reto splendas nun.
Ho araneo!
- sizifo sensignifa
post paso de tajfun'.
(Reconstruida / esplende ahora la red. / ¡Oh araña! / - sísifo insignificante / tras el paso del tifón.)
El Matsa debe de haber alcanzado ya la costa de China, pero aquí sigue lloviendo como en Macondo. Ayer, durante la visita al poblado aborigen de Santimen ("puerta de tres tierras"), nos calamos casi por completo. Y hoy salimos de Pingtung en tren hacia el norte, hacia Taitung, Hualien y Taipei. Chen y yo estaremos de vuelta en Pingtung en torno al día quince.
Rekonstruite
la reto splendas nun.
Ho araneo!
- sizifo sensignifa
post paso de tajfun'.
(Reconstruida / esplende ahora la red. / ¡Oh araña! / - sísifo insignificante / tras el paso del tifón.)
El Matsa debe de haber alcanzado ya la costa de China, pero aquí sigue lloviendo como en Macondo. Ayer, durante la visita al poblado aborigen de Santimen ("puerta de tres tierras"), nos calamos casi por completo. Y hoy salimos de Pingtung en tren hacia el norte, hacia Taitung, Hualien y Taipei. Chen y yo estaremos de vuelta en Pingtung en torno al día quince.
4.8.05
Kenting y Matsa
Acabamos de regresar de una excursión de dos días en Kenting, al sur de la isla. Es zona playera, surfera y dominguera, y desde ella se divisan tanto el estrecho de Taiwán (que nos separa de la China pseudocomunista, es decir, capitalista y ultranacionalista; esto es por si alguien aún no se ha enterado de la muerte de Marx, Mao y Deng) como el océano Pacífico.
Me he bañado con mis sobrinos en la playa de Paishawan ("playa de arena blanca"), mi primer chapuzón en aguas de estas tierras. Ayer visitamos la reserva natural o parque nacional de Kenting. Entre otros bichos, vimos un ciempiés grandote negro con patas amarillas; avispas venenosas; ardillas; una araña gigante (como la palma de la mano) pendiente de su red igualmente enorme; algún pájaro; búfalos asiáticos; lagartos; muchas y muy variadas mariposas; libélulas y caballitos del diablo... Del reino vegetal, helechos, taro y muchas otras plantas cuyo nombre no conozco ni recuerdo. A diferencia del resto de la isla, donde el clima es subtropical, en Kenting es tropical, con abundancia de palmeras y exhuberante vegetación. Sólo nos faltó toparnos con una serpiente venenosa, de cuya presencia advertía la señalización del parque.
Por la tarde cruzamos una zona arrasada por un tifón reciente. La carretera, que serpentea aferrada a las montañas del interior, aparecía interrumpida, retorcida, rota por corrimientos de tierra y desprendimientos, como si hubiera sufrido un terremoto. Ese tifón causó bastantes estragos al menos en el sur del país, con algún puente destruido, o con zonas de bosque tropical abrasadas por una ola de aire caliente.
Más tarde fuimos a ver unas fuentes naturales de gas con llama incluida. A los que seáis de Islandia, Santorini, Tenerife u otro paraje volcánico, no os sorprenderá que te ofrezcan hacer palomitas de maíz al aire libre, sin necesidad de mecheros, cerillas o de tener que pagar la factura de Gas Natural.
Esta noche, cuando ya nos encontrábamos de vuelta en el hotel, empezó la tormenta. Se trata de los primeros coletazos del tifón Matsa, procedente del sureste. A las nueve de la mañana de hoy el centro de la espiral del tifón se hallaba a 350 km al sureste de Taiwán; mañana a la misma hora, estará a unos 120 km de la costa nororiental (p. ej. la ciudad de Hualien). Por alguna razón, Kenting y Pingtung son las zonas donde más lluvia ha caído. Anoche, como decía, horas de chaparrón con rayos, relámpagos y truenos literalmente acojonantes. Pero, claro, eso no es un tifón, sino tan sólo las consecuencias en la periferia de su radio de acción.
Ahora, en Pingtung, hace un día otoñal o primaveral (desde una perspectiva española): cielo cubierto, y algunas gotas de vez en cuando. Pero, apunta mi hermana, con mucho calor...
Me he bañado con mis sobrinos en la playa de Paishawan ("playa de arena blanca"), mi primer chapuzón en aguas de estas tierras. Ayer visitamos la reserva natural o parque nacional de Kenting. Entre otros bichos, vimos un ciempiés grandote negro con patas amarillas; avispas venenosas; ardillas; una araña gigante (como la palma de la mano) pendiente de su red igualmente enorme; algún pájaro; búfalos asiáticos; lagartos; muchas y muy variadas mariposas; libélulas y caballitos del diablo... Del reino vegetal, helechos, taro y muchas otras plantas cuyo nombre no conozco ni recuerdo. A diferencia del resto de la isla, donde el clima es subtropical, en Kenting es tropical, con abundancia de palmeras y exhuberante vegetación. Sólo nos faltó toparnos con una serpiente venenosa, de cuya presencia advertía la señalización del parque.
Por la tarde cruzamos una zona arrasada por un tifón reciente. La carretera, que serpentea aferrada a las montañas del interior, aparecía interrumpida, retorcida, rota por corrimientos de tierra y desprendimientos, como si hubiera sufrido un terremoto. Ese tifón causó bastantes estragos al menos en el sur del país, con algún puente destruido, o con zonas de bosque tropical abrasadas por una ola de aire caliente.
Más tarde fuimos a ver unas fuentes naturales de gas con llama incluida. A los que seáis de Islandia, Santorini, Tenerife u otro paraje volcánico, no os sorprenderá que te ofrezcan hacer palomitas de maíz al aire libre, sin necesidad de mecheros, cerillas o de tener que pagar la factura de Gas Natural.
Esta noche, cuando ya nos encontrábamos de vuelta en el hotel, empezó la tormenta. Se trata de los primeros coletazos del tifón Matsa, procedente del sureste. A las nueve de la mañana de hoy el centro de la espiral del tifón se hallaba a 350 km al sureste de Taiwán; mañana a la misma hora, estará a unos 120 km de la costa nororiental (p. ej. la ciudad de Hualien). Por alguna razón, Kenting y Pingtung son las zonas donde más lluvia ha caído. Anoche, como decía, horas de chaparrón con rayos, relámpagos y truenos literalmente acojonantes. Pero, claro, eso no es un tifón, sino tan sólo las consecuencias en la periferia de su radio de acción.
Ahora, en Pingtung, hace un día otoñal o primaveral (desde una perspectiva española): cielo cubierto, y algunas gotas de vez en cuando. Pero, apunta mi hermana, con mucho calor...
23.9.04
la penúltima
Tranquilos, era la (pen)última crónica. Como ésta, que también es la (pen)última.
Llego a Madrid el lunes por la mañana, y del miércoles al domingo estaré en Maribor, Eslovenia, con lo que seguiré algo liado la semana que viene. Pero luego no os libraréis de mí tan fácilmente.
Mañana por la noche Chen y yo cenamos con su familia en un restaurante. Vienen su hermana mayor con sus dos hijas (que me quieren mucho, o eso dicen), su hermano menor (con el que comparto casa y ya hemos cenado otro par de veces, aparte de haberme tomado yo con él unos cuantos tés y otros tantos güisquis que mejoraron enormemente mi comprensión del chino), su tía (la que tiene una desayunería adonde procuramos ir una vez a la semana), la hija de ésta (algo más joven que Chen) y, quizás, mis futuros suegros. Es como cuando te avisan de la formación de un tifón en el Pacífico: nunca sabes si pasará de largo o si te despertarás de noche con la habitación inundada y con pececitos de colores encima de la cama. Y yo, fiel a la máxima taoista de que la mejor acción es la inacción.
Esta mañana he visitado una casa antigua, estilo Hakka, que han reconstruido y renovado, y, después, una antigua escuela para funcionarios que los japoneses, en su afán de prohibir la enseñanza del chino durante el periodo colonialista de 1895-1945, convirtieron (astutos ellos) en templo dedicado a Confucio, lo que sigue siendo en la actualidad. Este templo sólo se utiliza una vez al año, el próximo martes 28.9, aniversario del nacimiento de Confucio y día del profesor. Me lo voy a perder, pero me quedo con el recuerdo del deterioro que la (in)temperie ocasiona a un templo tan poco frecuentado: columnas de madera con la pintura roja descascarillada, lamidas y raídas por la lluvia y el sol...
PD "Confucio" en chino se dice "Conchi"
Llego a Madrid el lunes por la mañana, y del miércoles al domingo estaré en Maribor, Eslovenia, con lo que seguiré algo liado la semana que viene. Pero luego no os libraréis de mí tan fácilmente.
Mañana por la noche Chen y yo cenamos con su familia en un restaurante. Vienen su hermana mayor con sus dos hijas (que me quieren mucho, o eso dicen), su hermano menor (con el que comparto casa y ya hemos cenado otro par de veces, aparte de haberme tomado yo con él unos cuantos tés y otros tantos güisquis que mejoraron enormemente mi comprensión del chino), su tía (la que tiene una desayunería adonde procuramos ir una vez a la semana), la hija de ésta (algo más joven que Chen) y, quizás, mis futuros suegros. Es como cuando te avisan de la formación de un tifón en el Pacífico: nunca sabes si pasará de largo o si te despertarás de noche con la habitación inundada y con pececitos de colores encima de la cama. Y yo, fiel a la máxima taoista de que la mejor acción es la inacción.
Esta mañana he visitado una casa antigua, estilo Hakka, que han reconstruido y renovado, y, después, una antigua escuela para funcionarios que los japoneses, en su afán de prohibir la enseñanza del chino durante el periodo colonialista de 1895-1945, convirtieron (astutos ellos) en templo dedicado a Confucio, lo que sigue siendo en la actualidad. Este templo sólo se utiliza una vez al año, el próximo martes 28.9, aniversario del nacimiento de Confucio y día del profesor. Me lo voy a perder, pero me quedo con el recuerdo del deterioro que la (in)temperie ocasiona a un templo tan poco frecuentado: columnas de madera con la pintura roja descascarillada, lamidas y raídas por la lluvia y el sol...
PD "Confucio" en chino se dice "Conchi"
29.8.04
el efecto Fujiwara
Hola desde Jungli / Jhongli / Zhongli, ¿Os habéis enterado de que, por primera vez en la historia de los juegos olímpicos, Taiwán ha conseguido dos medallas de horo (en Taekwondo)? Es imposible no enterarse de algo tan importante y trascendental (menos mal que nos queda Forges).
Los meteorólogos temían que entre Aere y Chaba se produjera el efecto Fujiwara. Como os prometí, os lo explico ahora. Se llama efecto Fujiwara a la interacción entre dos tifones que comienzan a rotar el uno en torno al otro (quizás como el sistema Tierra-Luna, planeta doble más que planeta y satélite, que orbita en torno a un punto situado en la propia Tierra). Como resultado, el segundo tifón puede demorar el avance del primero, haciendo que su presencia en determinada zona se haga sentir por más tiempo. Por más que intento buscar una comparación con las relaciones entre países, o entre personas ("Dios los cría y ellos se juntan", "Se juntan el hambre con las ganas de comer"), sólo me vienen a las mientes imágenes de galaxias (que, en definitiva, no son sino tifones de estrellas, de materia).
Otra reflexión: una tormenta tropical o los últimos coletazos del tifón Aere en el estrecho de Taiwán pueden ocasionar el aleteo (o el bostezo) de una mariposa en la sierra madrileña.
Nos vamos hacia Taichung / Taizhong y luego Pingtung / Pingdong.
Los meteorólogos temían que entre Aere y Chaba se produjera el efecto Fujiwara. Como os prometí, os lo explico ahora. Se llama efecto Fujiwara a la interacción entre dos tifones que comienzan a rotar el uno en torno al otro (quizás como el sistema Tierra-Luna, planeta doble más que planeta y satélite, que orbita en torno a un punto situado en la propia Tierra). Como resultado, el segundo tifón puede demorar el avance del primero, haciendo que su presencia en determinada zona se haga sentir por más tiempo. Por más que intento buscar una comparación con las relaciones entre países, o entre personas ("Dios los cría y ellos se juntan", "Se juntan el hambre con las ganas de comer"), sólo me vienen a las mientes imágenes de galaxias (que, en definitiva, no son sino tifones de estrellas, de materia).
Otra reflexión: una tormenta tropical o los últimos coletazos del tifón Aere en el estrecho de Taiwán pueden ocasionar el aleteo (o el bostezo) de una mariposa en la sierra madrileña.
Nos vamos hacia Taichung / Taizhong y luego Pingtung / Pingdong.
27.8.04
Aere y Chaba
Al parecer los estragos del tifón Aere, que ha causado una quincena de muertos y la desaparición de una aldea aborigen en el norte de la isla, han salido hasta en la tele española. Entre tanto, Aere ha dejado Taiwán hacia el oeste, hacia China, donde han evacuado a centenares de miles de personas. El otro tifón, Chaba, que seguía sus pasos, al parecer se encamina hacia Japón. Que Maru Hito los pille confesados.
Antesdeayer llovió de lo lindo en Pingtung, pero nada que ver con el paso del tifón por el norte. Nosotros salimos ayer en tren hacia Taitung, en el este (descendiendo primero hacia el sur para sortear la cordillera que vertebra la isla). Hemos pasado la noche en Bunun, hotel-aldea aborigen junto al pueblo de Yenping, en las montañas cercanas a Taitung. Luego hemos continuado en tren hacia el norte, hasta Hualien, donde nos hemos zampado con una amiga de Chen un cocidito cada uno (en chino, huo kuo; en inglés, hot pot). El cielo, despejado durante todo el viaje en tren entre el mar y la montaña. Ahora estamos en Jhengli, cerca de Taipei, en la casa de Ching, la hermana menor de Chen. Vamos a ir a unos baños o a una piscina porque llevan dos días sin agua por culpa de Aere. Si no fuera por eso y porque hace más fresquito, no habríamos notado nada. Los meteorólogos temían que entre Aere y Chaba se produjera el efecto Fujiwara. Os lo cuento otro día, nos vamos ya.
Antesdeayer llovió de lo lindo en Pingtung, pero nada que ver con el paso del tifón por el norte. Nosotros salimos ayer en tren hacia Taitung, en el este (descendiendo primero hacia el sur para sortear la cordillera que vertebra la isla). Hemos pasado la noche en Bunun, hotel-aldea aborigen junto al pueblo de Yenping, en las montañas cercanas a Taitung. Luego hemos continuado en tren hacia el norte, hasta Hualien, donde nos hemos zampado con una amiga de Chen un cocidito cada uno (en chino, huo kuo; en inglés, hot pot). El cielo, despejado durante todo el viaje en tren entre el mar y la montaña. Ahora estamos en Jhengli, cerca de Taipei, en la casa de Ching, la hermana menor de Chen. Vamos a ir a unos baños o a una piscina porque llevan dos días sin agua por culpa de Aere. Si no fuera por eso y porque hace más fresquito, no habríamos notado nada. Los meteorólogos temían que entre Aere y Chaba se produjera el efecto Fujiwara. Os lo cuento otro día, nos vamos ya.
24.8.04
amenazas de distintos tipos
Lo del clima tropical al final no es tan fiero como lo pintan. Hace calor, calor húmedo (dicen), se suda más, pero también vas todo el día en chanclas y pantalón corto, te duchas dos o tres veces... En fin, no es para tanto. Hasta ahora no me ha caído encima ningún chaparrón imprevisto, siempre he tenido tiempo para guarecerme debajo de la marquesina de un banco o el toldo de una tienda. Lo que sí resulta nuevo es la atención que se presta a los tifones. En la prensa o la televisión se informa de que los tifones Fulano o Mengana se encuentran a tantas millas náuticas de Taiwán, que pasarán a tal o cual distancia y que dejarán lluvias torrenciales, por ejemplo, en el noroeste del país. Pero de momento no he pillado ninguno (o, mejor dicho, ninguno me ha pillado a mí). Normalmente, y así acaba de ocurrir, los tifones causan bastantes muertos en China, pero ninguno o muy pocos en Taiwán o Japón. No obstante, causan numerosos daños, y la gente los percibe como una amenaza recurrente (hay temporada o estación de tifones) pero a la vez necesaria, porque sin su aporte de agua los cultivos tradicionales no prosperarían. ¿Y qué sería entonces de las chicas que venden betel en la carretera?, nos preguntamos todos.
La otra amenenaza recurrente, pero gratuita, es la de la R. P. China. Al término de la segunda guerra mundial (mientras los comunistas de Mao vencían y se hacían con toda la China continental, dando lugar a la República Popular China), el gobierno de la República de China (fundada en 1911 con el destronamiento del último emperador) se refugiaba en la isla de Formosa o Taiwán. Fuera se la conocía como China nacionalista; ahora el partido Kuomintang hace años que no gobierna, después de la transición a la democracia parlamentaria de hace (creo) más de una década. Los chinos no paran de decir que Taiwán es una provincia rebelde, que sólo hay una China, y que cualquier declaración de independencia por parte de la isla será considerada como motivo para una acción militar, para la invasión armada. Los taiwaneses, que llevan (contando con los sesenta años de ocupación japonesa antes de 1945) más de un siglo de independencia de facto de los gobiernos de Pequín, prefieren dejar las cosas como están para no molestar a vecino tan agresivo y poderoso. Saben que su independencia actual se la deben a EEUU, pero que no pueden contar con la fidelidad de nadie, ya que todos los estados y gobiernos se venden al mejor postor, todos quieren hacer negocios con China. El último en bajarse los pantalones o en lamer el culo de Pequín ha sido el ministro de exteriores australiano; antes, creo que fue Chirac. Por una vez hay algo que agradecer a los yanquis, aunque no lo hagan por altruismo, claro. Así que aquí nadie sabe lo que va a pasar. Taiwán, la sexta economía del mundo, con 23 millones de habitantes, es el segundo comprador de armas, después de China (hasta hace poco era el primero) y tiene un ejército de entre uno y dos millones de soldados. La cuestión es que China a lo mejor acaba venciendo no con misiles y submarinos, sino a golpe de talonario. Hay una cierta obsesión con el tema (basta con leer los titulares en "www.taipeitimes.com" a diario), todo el mundo tiene parientes en EE UU o Europa "por si acaso", y, por ejemplo, aquí en Pingtung, uno ve y oye todos los días los aviones militares que despegan o aterrizan en el aeropuerto de esta pequeña ciudad. Pero, por lo demás, se vive bien. Digamos que son amenazas latentes, como otras de signo distinto con las que contamos en España, y que no nos quitan el sueño.
Como veo que me he puesto muy serio, cambio de tercio. Hace dos años y medio, en mi primera visita a Taiwán, Chen y yo dimos la vuelta a la isla en coche durante un mes, en sentido contrario a las agujas del reloj. Este fin de semana repetimos, pero en tren, con una especie de interrail *formosano: salimos el jueves hasta Taitong, subimos el viernes a Taipei, el domingo bajamos por la costa oeste, hacemos alto en el camino en Taichung y luego continuaremos hasta Pingtung. Me pregunto si la próxima vez daremos la vuelta en globo...
La otra amenenaza recurrente, pero gratuita, es la de la R. P. China. Al término de la segunda guerra mundial (mientras los comunistas de Mao vencían y se hacían con toda la China continental, dando lugar a la República Popular China), el gobierno de la República de China (fundada en 1911 con el destronamiento del último emperador) se refugiaba en la isla de Formosa o Taiwán. Fuera se la conocía como China nacionalista; ahora el partido Kuomintang hace años que no gobierna, después de la transición a la democracia parlamentaria de hace (creo) más de una década. Los chinos no paran de decir que Taiwán es una provincia rebelde, que sólo hay una China, y que cualquier declaración de independencia por parte de la isla será considerada como motivo para una acción militar, para la invasión armada. Los taiwaneses, que llevan (contando con los sesenta años de ocupación japonesa antes de 1945) más de un siglo de independencia de facto de los gobiernos de Pequín, prefieren dejar las cosas como están para no molestar a vecino tan agresivo y poderoso. Saben que su independencia actual se la deben a EEUU, pero que no pueden contar con la fidelidad de nadie, ya que todos los estados y gobiernos se venden al mejor postor, todos quieren hacer negocios con China. El último en bajarse los pantalones o en lamer el culo de Pequín ha sido el ministro de exteriores australiano; antes, creo que fue Chirac. Por una vez hay algo que agradecer a los yanquis, aunque no lo hagan por altruismo, claro. Así que aquí nadie sabe lo que va a pasar. Taiwán, la sexta economía del mundo, con 23 millones de habitantes, es el segundo comprador de armas, después de China (hasta hace poco era el primero) y tiene un ejército de entre uno y dos millones de soldados. La cuestión es que China a lo mejor acaba venciendo no con misiles y submarinos, sino a golpe de talonario. Hay una cierta obsesión con el tema (basta con leer los titulares en "www.taipeitimes.com" a diario), todo el mundo tiene parientes en EE UU o Europa "por si acaso", y, por ejemplo, aquí en Pingtung, uno ve y oye todos los días los aviones militares que despegan o aterrizan en el aeropuerto de esta pequeña ciudad. Pero, por lo demás, se vive bien. Digamos que son amenazas latentes, como otras de signo distinto con las que contamos en España, y que no nos quitan el sueño.
Como veo que me he puesto muy serio, cambio de tercio. Hace dos años y medio, en mi primera visita a Taiwán, Chen y yo dimos la vuelta a la isla en coche durante un mes, en sentido contrario a las agujas del reloj. Este fin de semana repetimos, pero en tren, con una especie de interrail *formosano: salimos el jueves hasta Taitong, subimos el viernes a Taipei, el domingo bajamos por la costa oeste, hacemos alto en el camino en Taichung y luego continuaremos hasta Pingtung. Me pregunto si la próxima vez daremos la vuelta en globo...
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