21.4.06

"Primavera 2006 (¡como en Francia, que ya va siendo hora!)"


"Hola a todos. Este correo está siendo enviado por toda España para reivindicar nuestros derechos. Hemos asistido durante el mes de marzo a la convocatoria de multitudinarios macrobotellones; esta convocatoria es diferente. En Francia, los jóvenes protestan por la “modificación” de los contratos basura. Muchas voces han sido las que se han quejado en este país porque los jóvenes no hacían nada. Pues bien, ¿se lo vamos a demostrar? El domingo, 14 de Mayo a las 17:00, sentada en:

Puerta del Sol (Madrid)
Plaça Catalunya (Barcelona)
Plaça Ajuntament (Valencia)
Plaza del Castillo (Pamplona)
Plaza Mayor (Valladolid)
Plaza Mayor (Salamanca)
Plaza de España (Mérida)
Puerta del Sol (Vigo)
Plaça Baix (Elche)
Plaza Navarra (Huesca)
Plaza del Ayuntamiento (Collado Villalba, Madrid)
Plaza de María Pita (La Coruña)
Plaza Mayor (Palencia)
Plaza del Cristo (La Laguna)
Plaza de la Palmera (Huelva)
Plaza de España (Sevilla)

Queremos todos una vivienda digna, una vivienda en la que podamos vivir y fundar nuestras familias sin estar destinando más del 50% de nuestro sueldo para pagarla. Si de verdad te importa tu futuro… ¿estarás allí sentado con tus colegas?

Esta convocatoria no ha sido convocada por ningún partido político, simplemente es la demostración de cómo la juventud española puede unirse para conseguir sus propósitos.

POR UNA VIVIENDA DIGNA, DIFUNDE ESTE MENSAJE, ¡¡PÁSALO!!"

18.4.06

derecho al pataleo


[imagen de Gelo Quero]

Los que preferís que os envíe mensajes (como hasta ahora) sois mayoría, así que, visto el trabajo que me ha costado organizar el material de varios años, de momento opto por el formato mixto (mensaje con link o vínculo incluido).

Entre los motivos aducidos, aparte de la vaguería o pereza (con las que me identifico por completo), hay otros que no se me habían ocurrido, como los de alguien que me escribe desde China (no desde Taiwán, ¡ojo!):

"Prefiero recibir e-mails, ya que en China no se puede abrir muchos sitios de blog, ni la Wikipedia, ni la BBC... Así que no puedo abrir el Blogspot... Una porquería [¿estupidez?] ya que a la vez hay hackers o software que facilitan entrar en esos sitios. Hay un montón de maneras alternativas hoy en día para que la gente discuta y sepa las noticias que el gobierno chino no quiere que sepan."

Interesante. Por otra parte, gracias a la libertad de expresión de nuestras sociedades "democráticas", uno puede decir o escribir lo que le dé la gana, y no pasa absolutamente nada, ahí arriba nadie se preocupa, nadie lee ni escucha. Claro, también los de arriba pueden decir lo que quieran, sobre todo si se llaman Bush o Berlusconi, aunque los que de verdad mandan supongo que son más discretos y no necesitan abrir la boca para que se cumplan sus instrucciones; algo así como lo del capo mafioso detenido en Corleone, que se comunicaba y daba órdenes por medio de trocitos de papel.

Bueno, por lo menos nos queda el derecho al pataleo... y a manifestarnos de vez en cuando: "¡Basta ya!", "Nunca mais", "Una y no más, Santo Tomás"...

17.4.06

"Escarmiento"

Acabo de leer la noticia de que al menos 6 personas han muerto en un atentado palestino (suicida o mártir, según se mire) en Tel Aviv. Sin conocer aún la respuesta israelí, recupero un texto que envié como carta al director de "El País" el 15 de octubre del 2003, y que nunca se publicó:

"Escarmiento"

Si los nazis hubieran recurrido a una de las prácticas habituales del estado de Israel para con quienes cobijan al autor de un atentado (por lo general se trata de sus familiares más allegados), hoy en día la casa museo de Ana Frank en Amsterdam no se podría visitar, ya que sin duda no existiría, pues habría sido demolida o dinamitada.

* PD: Me dice Max, con razón, que mi comparación no es justa. Traduzco y cito su respuesta:

"En primer lugar, ni Anne Frank ni su familia hicieron daño a nadie, lo que no puede afirmarse del atentado suicida de Tel Aviv, o de cualquier otro atentado suicida. En segundo lugar, los nazis siempre se preocupaban de conservar y redistribuir los activos económicos judíos previamente expropiados (entre los cuales se contaban apartamentos y casas) como botín para sí mismos y sus colaboradores. Lo que no significa que yo esté de acuerdo con la política israelí de demoliciones."

En efecto, así es. En ocasiones, como tras el asesinato de Heydrich en Praga, los nazis fueron capaces de represalias aun más crueles. En sentido estricto, no cabe la comparación.

* PD 2 (cita de "El Mundo" de hoy, 18 de abril):

"Esta mañana, las Fuerzas de Seguridad israelíes han detenido al padre de Sami Salim Mohamed Hamad, el joven que hizo detonar la carga explosiva. Samih Hamad, de 51 años, fue arrestado en Arqa, cercana a la ciudad cisjordana de Yenín. Los familiares habían sacado de su casa todas sus pertenencias ante el temor de que demolieran su vivienda."

14.4.06

sobre este blog

Empiezo a bloguear, pasito a pasito. Intentaré publicar las "crónicas taiwanesas" (y de otros lugares) que he escrito y enviado con anterioridad a diversos amigos, pero lo haré poco a poco, sin prisas. [PD: ... y ya está hecho.]

3.4.06

móvil belga, ENRON y la Segunda República

A partir de hoy tengo un número de móvil belga para los días que pase en Bruselas:

[CENSURADO, je je]

Se lo comunico a los amigos bruselenses y a quienquiera que se vea en la necesidad de localizarme cuando no estoy en España.

Este fin de semana vi el excelente documental "ENRON: los tipos que estafaron a América"; deberían pasarlo por la televisión pública en horario infantil. Lo ponen en el PCE (Pequeño Cine Estudio), entre Quevedo y San Bernardo; una entrada suelta vale 6 €, pero por 20 € se puede adquirir el vale de 6 películas. Eso hice yo, con lo que no pude resistir la tentación, habiendo salido ya del cine, de entrar otra vez, ahora para ver "Days of being wild", película de Won Kar Wai (el director de "In the mood for love" = "Deseando amar", y de "2046"), rodada en 1991 ó 1992.

Parece que hoy la cosa va de números, así que os recomiendo una página relacionada con el 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931:

http://www.memoriadelfuturo.org/manifiesto.html

Besos y abrazos republicanos,

14.3.06

seguimos criticando

Al final, las 4 amigas y 2 amigos míos que han visto "Crash" están en desacuerdo con mi dura crítica de hace una semana, y no conozco a nadie que la haya visto y que coincida conmigo. Cito a continuación la respuesta de una amiga:

Pero la cuestión es: los cuentos en la actualidad se ven más que se leen. En cualquier caso, para gustos los colores, y el cine es entretenimiento que tanta política fílmica "smells like a teen spirit" y la denuncia social tiene un límite "...y, las salchichas dos" (como dice mi amado) ¿No creéis que nos tragamos pequeños cortometrajes diarios manipulados a más no poder en los telediarios con realidades que exceden con creces a la realidad para ir a un cine y seguir viendo más "realitydades" manipuladas por un director y sus compinches de productora?

Además, no hay nada nuevo bajo el sol desde hace demasiados siglos (Jorge, ni siquiera Amenábar, Amenábar, mono de la monería... que su estupenda peli -que a mí me gusta- es un remake de otra más estupenda peli sin tantos medios que tuve suerte de ver hace un par de años de un chaval, si mal no recuerdo, director catalán, filmada en B/N con una factura clásica que daba gusto unos cuantos años antes y que, seguramente, incitó a aquél a llevar a cabo un nuevo intento).

Los shortcuts son recursos fantasiosos para llegar a las moralinas y evitar el fin en suspensión, suspenso, suspendido, en suspense y, por qué no, para contar historias que en cualquier caso nunca llegarían a relacionarse si no fuera por este recurso forzoso. Si todos sabemos que en literatura ocurre lo mismo...

Lo mejor de todo es que nos sigan dando carnaza para criticar y sentir que podemos opinar hasta de las cosas que no tenemos ni idea. Eso es lo mejor y el que la tenga que le aproveche porque "Yo sólo sé que no sé nada"

A lo que yo le respondí:

Bueno, mi crítica de "Crash" parece que ha animado al personal, ya he recibido varias respuestas.

Me gusta la tuya. Es cierto, los telediarios nos ceban con ficción de mala calidad que hacen pasar por realidad. También es cierto que ahora los cuentos y las novelas no se leen: se ven en la pantalla. Lo único que digo es que a mí unas pelis y unas novelas me gustan más que otras; no sólo eso: unas me parecen excelentes, otras muy buenas, otras regulares y otras tantas, malas con ganas. A "Crash" la meto en este último saco. ¿Por qué? Por hacer trucos baratos, trampas sin clase, efectos sin estilo.

Aprovecho ahora para decir que no sólo los telediarios, también gran parte de la publicidad es ficción de ínfima calidad. Ejemplo clásico: el individuo con bata blanca que nos quiere vender la burra del detergente que lava más blanco o de un champú antisarro, como si fuera un químico o doctor en medicina, cuando todo el mundo sabe que se trata de un actor mal pagado (si fuera uno de los que cobran un pastón no lo veríamos en anuncios, sino en "Crash 2").

Por si alguien piensa a estas alturas que soy un puñetero cascarrabias casi cuarentón al que no le gusta ninguna película de éxito, os cito unas cuantas que sí me han gustado bastante y que os recomiendo ver: "Buenas noches y buena suerte" ("Good night and good luck", de Clooney), "Truman Capote" ("Capote", de Miller; en español alargaron el título para que nadie crea que va de toreros), "Manderlay" (de Lars von Trier) y "Agua" (de Deepa Mehta).

Ya puestos a criticar, me paso a los libros. Aquí también voy a llevar la contraria a varios amigos, pero confío en que mis advertencias ahorren a otros la molestia de leer esos títulos. Y si hay algún masoquista entre vosotros, pues adelante, disfrutarás de lo lindo.

En primer lugar, la novela "La piel fría" del escritor catalán Albert Sánchez Piñol (lo tengo en Edhasa; me lo prestó hace muchos meses una buena aunque lejana amiga y no sé cuándo se lo podré devolver). Ha sido todo un éxito editorial, con traducciones a tropecientos idiomas, y con alguna que otra crítica favorable, incluso en exceso, rozando el panegírico (como la aparecida en "Jabberwock 1 - Anuario de ensayo fantástico", que incluye otros artículos muy interesantes). Pues bien, la novela en cuestión es un refrito de "La guerra de las salamandras" de Karel Chapek (excelente novela*), "El desierto de los tártaros" de Dino Buzzati (igualmente) y la imaginería del horror a seres anfibios y humanoides de Lovecraft. Con eso lo digo todo, salvo que al parecer ya se ha publicado la segunda novela del mismo autor, con la misma "trama" (por llamarla de algún modo), sólo que ambientada en el corazón de África.

(*"La guerra de las salamandras" es una de las diez novelas que me llevaría... ¡a cualquier sitio menos a una isla desierta!)

Tan mala, si no peor, es "Las confesiones de Max Tivoli", de Andrew Sean Greer (editada por Destino y el Círculo de Lectores). Preferiría cien veces haber leído el resumen de su argumento en una crítica o en un relato (como los de Borges), con lo que en vez de 315 páginas me habría bastado con leer, a lo sumo, un par de ellas**. Lo único que podría salvarse del libro es su "idea" central (en realidad, tampoco eso), y no hay ningún elemento que conceda más valor a la novela entera que a un resumen, ya que tiene el estilo más plano y tópico que se pueda imaginar; al que le interese le puedo enviar los dos párrafos que, en las solapas del libro, explican de qué va la cosa (de hecho, al que le apetezca leer este libro que me lo diga).

(**La lectura del mencionado anuario "Jabberwock 1" me ahorra cepillarme unas cuentas obras maestras de la literatura de ciencia ficción y fantástica contemporánea...)

Yo hace tiempo que casi no leo obras de ficción (sobre todo novelas), y de las pocas que leo la mayoría lo hago en esperanto (porque me toca escribir una reseña o un artículo sobre ellas). No sé si ha sido Francisco Ayala el que hace unos días ha dicho que la novela como género literario ya no tiene nada que ofrecer. Se escriben (y se publican) demasiadas novelas. Gran parte de los autores son jovenzuelos con poca experiencia de la vida que quieren escribir el novelón, el superéxito de ventas de la temporada (Greer tiene 26 años) o autores no tan jóvenes pero con idéntico objetivo (Sánchez Piñol, 41). Coge uno una novela y se le ve el plumero desde las primeras líneas: se trata de construir, armar una historia en torno a cierto esquema o hilo conductor que le dé estabilidad y continuidad, para luego poblarla con personajes laboriosamente diseñados cuyas acciones y diálogos permitan llemar la x páginas estipuladas por el concurso o la editorial de turno. En otras palabras: escribir para vivir, para cobrar, para vender. Por eso tantas novelas se parecen tanto y me interesan tan poco. Qué difícil es dar con una gran obra de esas que te tocan la fibra o te retuercen las tripas, como "El maestro y Margarita" de Bulgakov, o "Matadero 5" de Vonnegut. Puestos a tragarme novelas, me quedo con las de la pantalla: el cine. De algún modo, cuando veo películas desactivo algunos mecanismos defensivos de mi cerebro, salvo que se trate de un filme malo de remate, por pura higiene mental. Claro está que también hay libros de poesía infumables (quizás la mayoría, lo admito), o de ensayo (tengo la impresión de que menos), pero en el caso de la novela, de la prosa de ficción, se trata de una auténtica epidemia, con el agravante de que no hay nada más que obtener aparte de ese disfrute abortado, fallido.

A ver si pronto me ocurre algo digno de contar y me dejo de darle vueltas a estos asuntos sin importancia.

7.3.06

almendros en flor

El domingo hemos vuelto a Madrid después de una semana en Mallorca. Pensaba enviaros alguna foto de los almendros en flor (con nosotros delante o debajo) pero por razones logísticas no puedo hacerlo, con lo que me limito a invitaros a disfrutar de otra maravilla de la naturaleza en la foto adjunta (la foto la he hecho yo, en el sofá del salón, como puede apreciarse sin ninguna dificultad).

Regresamos la noche de los óscars, premio que una vez más confirma mi opinión de que no tienen (casi) nada que ver con el verdadero cine, con la calidad de las películas. Al menos a tres amigas mías les ha gustado bastante, mucho o muchísimo la premiada "Crash" (es decir, "Choque" o "Cataplof"). A mí no me gustó nada y voy a explicar por qué. He de decir que, al principio, la película me sorprendió, me interesaba, pero pronto desperté (como con "Traffic") y me bajé de la moto. "Crash", en efecto, presenta la diversidad étnica de Los Ángeles y los diferentes conflictos que tienen lugar en ese babel urbano. Eso no basta para hacer una película, tanto menos una buena película; el tema y las intenciones ni presuponen ni garantizan nada. También se dice que es una película de vidas cruzadas. Pues bien, la mejor película de este propio subgénero es, en mi opinión, "Grand Canyon" ("El Gran Cañón") de Kasdan, que también presenta un Los Ángeles multiétnico y conflictivo; le sigue, a distancia, "Magnolia" (con algún que otro macguffin como la lluvia de ranas) y, a centenares de kilómetros en lontananza, la pretenciosa "Vidas cruzadas" ("Short cuts", es decir "Atajos", en el original) de Altman, que cruza de manera arbitraria y traída por los pelos varios excelentes relatos cortos de Carver; como apoteosis del antimacguffin, y no sabiendo como acabar la película, Altman lo zanja todo con un terremoto que no viene a cuento (nada que ver con el pertinente e imprescindible temblor de tierra en "Grand Canyon") pero que a él le soluciona la papeleta. Peor aún me parece "Crash", por los mismos motivos y otros adicionales.

Toda persona crea, encuentra o forma en torno a sí una red de conocidos, de afectos, de intereses, en la cual vive. Cuando, por un accidente, encuentro fortuito etc dos personas pertenecientes a ámbitos o ambientes que en principio se excluyen el uno al otro entran en contacto, puede ocurrir que varias personas de sus respectivos escenarios vitales entren a formar parte de ese mundo paralelo hasta entonces desconocido (es decir, en la práctica, inexistente). Eso es lo que entiendo yo por vidas cruzadas. Ahora bien, en "Crash" no es que las vidas se crucen: es que se entrelazan de modo inextricable, de forma que todos los personajes, absolutamente todos, son causa y/o efecto de las acciones de los demás (hablo de un número limitado de personajes). No es que se produzcan coincidencias o casualidades, sino que todo parece debido al azar pero acaba encajando en un puzle absurdo, sin relación con la realidad. No quedan hilos o cabos sueltos. Si en "21 gramos" ya resultaban excesivas ciertas coincidencias acumulativas, exageradamente improbables; si en "Monsters' ball" (¡dale con no traducir los títulos!) la protagonista, viuda de un condenado a muerte (y ejecutado), acababa enrollándose con el verdugo de aquél (joder, ¡qué coincidencia!, y qué suerte para el guionista...); en "Crash" la trampa es la misma, atracón de cruzamientos gratuitos y falsos.

Si se piensa en cada una de las historias de principio a fin, no hay por donde pillarlas. La peor, la del iraní al que le destrozan la tienda. Y, en el fondo, a mí me queda la sensación de que todo es hueco, de que no hay verdaderas historias ni personajes, todo puro decorado y efectismo, con guiños de tolerancia interétnica de cara a la galería. Como en "El sexto sentido" (¿se titulaba así?), en la que Bruce Willis, muerto desde el principio (a mí el secreto me lo reventó Santi, en la sala de cine, a los 5 minutos de empezada la peli), tardaba la hora y media o dos horas de metraje en darse cuenta de que era un fiambre, todo gracias a truquitos baratos de montaje y de guión (este análisis se lo plagio a Amado, que definía así ese bodrio jolibudiense en comparación con la excelente "Los otros" de Amenábar).

Bueno, creo que con esto me quedo a gusto. Sobre gustos no hay nada escrito... y por lo menos el nobel al mejor director se lo han dado a Ang Lee (que es del pueblo de Chen).

20.2.06

el Gran Globo (con seis fotos) [sin fotos]

Hace ya 20 días que llegamos a Europa procedentes de Taiwán y desde entonces creo que no hemos dado noticias. La semana pasada trabajé en Estrasburgo de lunes a jueves; Chen me acompañó y luego fuimos a visitar a unos amigos franceses que habíamos conocido en Taiwán y que viven en Mulhouse [pr. mulús], en el sur de Alsacia, a una hora de tren de Estrasburgo. Se trata de Laurence y Alexis y de su hija Maya, que tiene cinco meses. El sábado fuimos de excursión al Grand Ballon, el pico más alto en esa parte de la cordillera de los Vosgos. Alquilamos unas raquetas e hicimos un recorrido de unos 4 km a través de los bosques nevados y, de vez en cuando, al lado de alguna de las pistas de esquí. Yo, que en dos ocasiones, en Finlandia, intenté aprender a esquiar (esquí de fondo) y fracasé en el intento (tengo fotos que lo demuestran), os aseguro que lo de las raquetas es una gozada, una actividad apta para vagos, torpes y arrítmicos como yo.

Os envío 6 fotos:

214 con los amigos en el centro de Mulhausen
250 Chen y yo
253 lo mismo
263 otra más
268 y otra
276 Maya
284 bajo los cables (de la pista de esquí)

Nos acordamos en especial de María y Gino ya que desde lo alto veíamos no sólo la cordillera de la Selva Negra sino también las cumbres nevadas, resplandecientes, de los Alpes suizos, en los que ellos le daban a la práctica del esquí.

Regresamos ayer por la noche a Madrid, a la infame e infausta Terminal 4, que lo único que tiene de bonito es que es grande (gigante) y nueva. A los que tengáis que volar a Madrid os recomiendo que no lo hagáis con Iberia, con lo que os ahorraréis un buen rato de trasbordos y caminatas.

5.2.06

eclipsa


Ya estamos en Madrid (Chen y yo). No hay mucho que contar, así que me limito a enviaros un brevísimo poema escrito en Taiwán el día que partimos hacia Europa. Me salió de un tirón en esperanto y me cuesta traducirlo.

[La nueva versión del poema, de marzo del 2006, me obliga a reescribir lo que sigue]

Las palabras acabadas en -e de adverbio en esperanto deberían ser adverbios en castellano (algo así como "sistólicamente"); de igual modo, tanto el título como la última palabra serían el verbo "eclipsar" utilizado no como verbo transitivo sino como impersonal, a la manera de "llueve" o "anochece" (literalmente “eclipsa”, es decir, "hay, ocurre, sucede o acontece eclipse"). Que aproveche.



"eklipsas"


vidi
eklipsas komprenon
kompreni
eklipsas vidon

sistole
diastole

eklipsas





"eclipsa"


ver
eclipsa la comprensión
comprender
eclipsa la visión

como sístole
diástole

eclipsa

16.1.06

primeros poemas del 2006

Acabo de escribir mis primeros poemas de este año (Chen me ha echado de la cama porque el imperceptible susurro del bolígrafo sobre el papel del cuaderno le impedía dormir).

===

Crisálida

Agotados, nos acostamos sin saber
que (del sarcófago de seda de los sueños
en que uno se imagina mariposa)
despertaremos cada mañana transformados
en otra oruga, diferente y nueva.




Krizalido

Elcherpitaj, ni enlitighas sen scii
ke (el la silka sarkofago de la songhoj
kie oni sin imagas papilio)
ni vekighos chiumatene transformitaj
en alian raupon, malsaman kaj novan.




Pingtung/Pingtongo, 16.1.2006

=

María (1995-2006)

Los castillos en el aire
de un hombre que ha visto galopar a tres caballos
del zodíaco chino,
¿cómo podrían ser mayores,
más sólidos, bellos y enigmáticos
que el palacio del mundo
infinito de un niño?



María (1995-2006)

Kasteloj en aero
de viro vidinta galopi tri chevalojn
de la china zodiako
— kiel povus esti pli vastaj,
pli solidaj, belaj kaj enigmaj
ol la palaco de l' mondo
senfina de infano?



Pingtung/Pingtongo, 16.1.2006

10.1.06

gracias de nuevo

Hola,

y gracias a todos una vez más por vuestro apoyo durante los últimos días, tanto a los que nos habéis escrito como a los que no habéis podido o habéis preferido no hacerlo. Tengo la sensación de que con mis circulares o crónicas del último par de años he ido tejiendo una red de afecto, de afectos; yo muevo mis hilos, vosotros movéis los vuestros...

Abandono la metáfora. Algunos me habéis preguntado por la celiaquía o intolerancia al gluten. Se trata de un trastorno que al parecer afecta, en mayor o menor grado, a un 10 por ciento de la población española, aunque mucha gente no sabe que lo padece; se debe al rechazo por parte del metabolismo de estas personas a la ingestión del gluten o, en concreto, de la gliadina, proteína presente en las harinas de cuatro cereales (avena, cebada, centeno y trigo) pero también, de manera subrepticia y clandestina, en embutidos, helados, salsas e infinidad de otros productos. Recordemos que la invención de la agricultura supuso abandonar los hábitos alimenticios de los cazadores-recolectores y pasar a una dieta en la que los cereales constituyen un porcentaje muy importante (en forma de pan, pasta etc); pues bien, muchos organismos todavía se resisten al cambio*. A mi madre se le detectó cuando ya rondaba los 50 años de edad, y falleció a los 68. En el caso de mi sobrina María, sin embargo, se supo casi desde el principio, lo que pasa es que se trataba de una enfermedad asociada a todo un síndrome o constelación de enfermedades, entre ellas la esclerodermia, la escleropoliomiositis y la atrofia muscular. Aun así, nadie se esperaba un desenlace tan abrupto.

* Hago un inciso: algo similar ocurre con la intolerancia a la lactosa, a la leche y otros productos lácteos; somos la única especie animal que parasita leche de otras especies y que, además, mantiene este hábito en la edad adulta. Cuando digo "somos" me refiero a los europeos de piel blanca y sus descendientes (americanos etc) principalmente; en Asia oriental el consumo de leche es infinitamente menor, lo que se corresponde con la mayor dificultad que tienen los asiáticos para digerirla.

Cuando murió mi padre, mi amigo Felip me dijo una frase muy importante: "cuando muere alguien querido, tu relación con esa persona no acaba; se transforma". Es así. Al menos, así lo he vivido y lo vivo todavía en el caso de mis padres. En cuanto a María, mi relación con ella no era tan estrecha, dados la menor frecuencia de trato y el hecho de que se tratara de una niña, con la inocencia en todos los sentidos que eso implica. "Todavía no ha cesado el estupor." Me pregunto en particular por todo el mundo interior que había podido construir durante estos diez años, sus capacidades lingüísticas (hablaba mallorquín y castellano), sus aficiones, su madurez en la aceptación cotidiana de la enfermedad, sus redes de afecto(s)... María deja recuerdos, deja fotos, deja una hermana menor de ocho años de edad, deja también un diario... Ah, que frívolas me parecen ahora algunas de mis elucubraciones sobre "la mente" y la identidad personal previas a la Nochevieja... En parte me parecen acertadas, pero intuitivamente también sé que no hilan fino, que dejan escapar más de lo que abarcan (pero, al fin y al cabo, qué más da; de lo que se trata es de ver las cosas de un modo distinto al que nos impone la rutina).

Hasta hace unos días, la frase de bienvenida que mostraba la pantalla de mi móvil cuando lo encendía cada mañana era "carpe diem et noctem" (algo así como "disfruta del día y de la noche"; por cierto, desconozco si el acusativo "noctem" es correcto y si podría decirse "noctemque"). Ya antes de Año Nuevo le comenté a un amigo que todos estos imperativos ("carpe diem, disfruta, busca la felicidad, no olvides que tu tiempo sobre el planeta es limitado etc"), además de angustiosos y angustiantes, no son sino el reverso metafísico-capitalista del "ora et labora" (reza y curra); sólo falta añadir: "disfruta, sí, pero sobre todo gasta, compra, consume, a ser posible en nuestros grandes almacenes, especialistas en ti". Es la típica mentalidad cuantitativa y acumulativa de la civilización occidental pseudocristiana y pseudorracionalista. Pues basta ya de dar órdenes e incluso de dármelas a mí mismo. Como bien dice el libro del Tao, la mejor acción es la inacción (versión andaluza: es bueno no hacer nada y luego descansar). Ahora bien, no me preguntéis por la nueva frasecita de bienvenida; os lo contaré cuando la cambie, si lo hago, tal vez dentro de algunos años.

Chen y yo hemos pasado los últimos cinco días en el norte de Taiwán. Primero en una ciudad puqueñita cercana a Taichung, luego en Taipei, donde, como de costumbre, hemos visto a amigos y puesto un par de kilos entre tanta buena comida.

Un fuerte abrazo,

1.1.06

María

El 1 de enero falleció en San Juan (Mallorca) mi sobrina María, de diez años de edad.

30.12.05

"mensamientos"

Hoy me he levantado con ganas de escribir. Llevaba dándole vueltas en la cabeza durante la noche, puede que incluso desde antes. Hace un rato lucía el sol, pero se ha vuelto a cubrir, así que supongo que, como los dos últimos días, hoy también lloverá. Antesdeayer (empleo esta palabra pese a lo que diga la Academia) cayó la primera lluvia; más que armarme de valor, me desarmé de pereza, cogí la bici (¡hola, Ale, gran poeta argentino!) y me lancé a recorrer un Pingtung distinto (según la televisión: temperatura de entre 18 y 24 C, y 60 % de humedad): además de las habituales familias de 3, 4 ó incluso 5 miembros encaramados todos ellos a lomos de una moto de ciudad, el invierno taiwanés permite ver a otros motoristas que circulan con el paraguas abierto... Y qué grata sensación la de cobijarse bajo los viejos techos de madera del pequeño templo de la familia Hsiao ("mi templo"), con la pintura descascarillada por la intemperie, mientras la lluvia ligera moja mansamente el patio interior, entre los altares dedicados a los ancestros y la entrada principal.

Ayer por la tarde Atia, el hermano menor de Chen con el que compartimos casa, apareció por aquí por la tarde con dos raciones de sopa de tallarines finos con ostras, empanadillas de carne a la plancha y otras cosas para picar. Nada que objetar si no fuera porque habíamos quedado para cenar más tarde con otros amigos suyos y con Chen, cuando ella volviera del trabajo. Ah, entre Atia y la tía de Chen que tiene la desayunería, me van a matar cebándome... Fuimos más tarde al puesto de comida que lleva un amigo suyo y allí, en la trastienda, a la vista de los viandantes compradores y consumidores de sus viandas, sentados a una mesa baja sobre sillas de plástico para niños, entre niños y otros adultos relacionados de algún modo con el negocio; allí, digo, nos pusimos a cenar Atia, sus amigos Apiong y el del puesto, y yo, picoteando todo tipo de alimentos cocidos en salsa de soja y mojados en diversas salsas, con una botella de güisqui escocés que fue cayendo entre los cuatro a lo largo de la noche; Chen llegó más tarde, le dio un sorbo a mi vaso creyendo que era cerveza (aquí se le pone hielo a las dos bebidas), e inmediatamente se fue al puesto de al lado a por un zumo multifrutas.

La que no vino fue Hsiaoma (literalmente, "Caballito"), la novia de Atia; hace más o menos una semana que falleció su madre y, aunque no va vestida de luto, no puede "salir" con amigos hasta finales de enero. Estuvo con nosotros un rato en nuestra casa, luego fuimos los tres en el coche de Atia para dejarla a ella en la suya, y entonces él y yo continuamos la ruta camino del puesto de comidas del que os hablaba en el párrafo anterior.

Hasta que llegó Chen, tuve que hablar chino todo el rato, durante casi un par de horas. Cada vez voy soltándome y entendiendo más, aunque me falta muchísimo antes de llegar al nivel de principiante; incluso en taiwanés voy pillando ya algunas palabras. De todos modos, en muchos momentos, cuando no me esfuerzo por comprender ni tan siquiera lo intento; por ejemplo si la televisión está encendida y dan un programa que no me interesa; o si hay una conversación fluida entre varias personas, como colegas de Chen acerca de otros colegas o de su trabajo; entonces, digamos que desconecto y que la escucha desatenta del chino, en lugar de frustrarme, tiene en mí casi el efecto balsámico de un mantra.

Con lo que llegamos al tema que quería tratar. Etimológicamente, "mantra" significa "instrumento para pensar"; en la práctica, se trata más bien de una palabra (por ejemplo "Om") o serie de palabras por medio de cuya repetición constante se logra no pensar. En eso consiste la meditación. En "Occidente" (entrecomillo expresiones que resultan útiles como abreviatura pero que no hay que entender al pie de la letra; en sentido estricto, Occidente "no existe") tendemos a creer que la meditación es cosa de gurúes y jarecrisnas. Ahora bien, y sin confundirla con la reflexión, casi todo el mundo realiza este tipo de meditación en la que desconectamos el pensamiento, lo que pasa es que no la reconocemos como tal y tampoco nos damos cuenta de lo que nos sucede en esas ocasiones. Cuántas veces nos ha ocurrido que alguien nos pregunta "¿En qué piensas?", y nosotros respondemos "No, en nada, tenía la mente en blanco..."; estábamos absortos más que ausentes; el cerebro, sin estar apagado o dormido, sigue funcionando pero, en lugar de pensar, simplemente respira, late, vive. Ah, envidiable estado de beatitud en el que no es preciso pensar. Yo ahora intento provocar esos momentos de vacaciones mentales. En teoría, en esos instantes, nuestro pensamiento está en todo y en nada; mi cerebro, de momento, sólo llega a la nada, a menos que yo mismo, en mi inexperiencia, no me percate de otros niveles de conocimiento.

"La funesta manía de pensar". La mente no existe; quiero decir que no podemos hablar de "la mente" como entidad, individuo, sujeto u objeto. Como dice Steven Pinker, la mente es la actividad de un órgano corporal, el cerebro. No es que tengamos, perdamos o recuperemos "la visión" como quien tiene, pierde o recupera un billete de 5 euros: vemos, dejamos de ver, volvemos a ver. La visión es el nombre que damos a la actividad del ojo; la mente, el que damos a la del cerebro. Una metáfora más. En realidad, no tenemos mente: "menteamos" o, si me permitís un neologismo más audaz, "mensamos". Y lo interesante es dejar de "mensar".

Tanto el budismo como el taoismo llevan siglos advirtiendo sobre otra peligrosa ilusión, la de la existencia del "yo" como ente estable, continuo, idéntico a sí mismo o consigo mismo a través del tiempo.

Cito ahora fragmentos de la automentalografía "Tarokoj kaj epokoj" (en esperanto: "Cartas de tarot y épocas"), de Christian Declerck, que me acabo de terminar, nada menos que 654 páginas:

"[La ilusión del yo] complica la existencia por medio del deseo constante de placer, éxito, seguridad, confort, y del miedo a la soledad, el dolor y la tristeza."

"[El mantra] Es sólo un medio, una herramienta para silenciar de una vez por todas el ruido del cerebro, para detener el pensamiento, ese flujo de pensamientos mecánico, involuntario, no dirigido e incontrolable que nos arrastra sin orden de uno a otro tema, de uno a otro asunto, sin fin. Dominar la mente, no pensar, ¡qué difícil!"

El cerebro, que en los primeros homínidos tenía como función principal la de buscar comida ("yo matar mamut") y encontrar pareja para la procreación ("..."), ha evolucionado hasta un nivel de complejidad y capacidad increíbles; ahora bien, resuelto el problema del alimento mediante las jornadas de 8 horas, a nuestro cerebro ocioso le sobran capacidad y tiempo libre; su actividad, la mente, se dispara; cuando pensamos o mensamos, aunque lo hagamos con imágenes, recurrimos a estructuras discursivas, narrativas, lingüísticas; si la personificamos por un momento como metáfora, la mente sería ese enanito parlanchín que todos llevamos dentro, que no deja de hablar en todo el día, de crear, complicar y marear problemas, y al que lo mejor que podríamos hacer es decirle de vez en cuando "cállate de una puñetera vez".

Por desgracia en "Occidente" se le ha hecho demasiado caso a Descartes y a su "cogito ergo sum" (pienso luego existo, o: pienso luego soy). Pues no, señor, ni "ergo" ni nada. Pienso luego no soy. No pienso luego soy. (Quizás en ambos casos sería mejor decir "estoy", pero eso nos daría para un par de libros.) O, en versión coloquial: pienso luego estoy jodido.

Es la trampa de la mente, de los "mensamientos", de las palabras. Todos sabemos cuánto daño pueden hacer las palabras, daño intencionado, involuntario o contrario a nuestra voluntad. Y cómo nos liamos y enredamos con nuestras ideas y constelaciones de ideas, con las expectativas, frustraciones, exigencias absolutamente innecesarias y contraproducentes.

Pues bien, la idea que me ronda últimamente (toda esta frase es otra gran metáfora) es que, para no volvernos locos, la mayoría de la gente realizamos gran número de actividades como mantra, para no pensar. Las prácticas religiosas (rituales, oraciones etc) son el mantra perfecto siempre y cuando no se crea en ellas (creer es pensar) sino que se lleven a cabo con espontaneidad y naturalidad. La cita recurrente de las fiestas de fin de año o navideñas es otro gran mantra. Como lo es el consumismo; con la salvedad de que repetir ciento cincuenta mil veces la sílaba "Om" es menos dañino para el medio ambiente que el fundido masivo de tarjetas de crédito en las cajas de tiendas y grandes almacenes. Es mantra ver la tele, e ir al cine, aunque a veces ambas cosas nos lleven a pensar. Yo reconozco que en el cine puedo desconectar la fábrica de pensamientos y tragarme casi cualquier cosa; con la lectura, en cambio, me resulta más difícil no pensar, aunque a veces me sucede que leo un artículo o una página y me doy cuenta de no haberme enterado de nada, de no haberle prestado atención: meditación pura.

Mantras hay por todas partes: el sexo, los niños, el sudoku, la obsesión por las identidades colectivas, el futbolismo, la buena mesa, el esperanto, la violencia (para algunos brutos), la música, sí, la música... En definitiva, la vida como mantra: la vida es mantra.

Espero que no se os indigeste esta gran paja mental con la que voy dando por concluido el 2005. Pasadlo bien, nos vemos el año que viene.

28.12.05

trece fotos [sin fotos]

A los que habéis tenido la paciencia de leer mis mensajes quería enviaros imágenes del templo ese que menciono cada dos por tres. Ya puestos, añado otras fotos del pasado fin de semana en Kenting, en el sur de la isla, donde por fin conseguí pegarme un par de baños (uno de ellos nada más llegar). En total son trece:

62 vista frontal del templo (y de mi bici)
65 vista lateral
66 desde el interior
72 pintura de un guerrero en una puerta de madera
77 otra desde el interior
82 baño en Kenting, al atardecer
94 Chen, en el campo
98 yo también
99 aberración arquitectónica para turistas
100 no podía faltar una con comida
101 dos colgados en el puente colgante
109 playa con central nuclear al fondo
111 procesión

Lo de la procesión tiene que ver con el Año Nuevo Chino, el domingo 29 (el sábado es la víspera, equivalente a nuestra Nochevieja). Estamos en pleno ambiente de celebraciones, y también empezando a pensar en las maletas, porque el próximo miércoles volvemos a Madrid.

El lunes, en Kaohsiung, fuimos al único restaurante español genuino de Taiwán, el mesón "Hola" (no es como el restaurante "Amor y pan" de nuestro amigo Jimmy, que toma la cocina española como fuente de inspiración). Nos olvidamos de llevar la cámara, así que no pudimos hacernos una foto con el patrón*, paisano ni más ni menos que de... Aranda de Duero. Ancha es Castilla.

[* Ángel y su esposa taiwanesa Elena]

26.12.05

entre fiestas

Pasadas ya las fiestas del solsticio de invierno, que los romanos denominaban saturnales y que nosotros llamamos navidad desde que empezó la moda del cristianismo, me dispongo a contaros algunas de las cosas que hemos hecho en estos últimos días.

La verdad es que he encontrado en Taiwán más "espíritu navideño" del que esperaba. Aunque un diez por ciento de los 23 millones que pueblan la isla son cristianos, la navidad no se celebra oficialmente (es como el año nuevo chino en España). Sin embargo, parece que en los últimos años se han ido extendiendo más y más los modos occidentales: árboles, decoración, villancicos etc. Por otra parte, se me había olvidado que en Taiwán el invierno también existe, y, aunque suave, al atardecer refresca y conviene abrigarse, y por la noche hay que dormir con pijama y manta(s).

Pues bien, Chen y yo decidimos irnos a pasar el fin de semana a Taichung (en pinyin "Taizhong"), ciudad situada a entre 2 y 3 horas en coche desde Pingtung. Hemos hecho fotos, pero como todavía no hemos logrado pasarlas de la cámara al ordenador, tendré que enviároslas en un próximo reportaje fotográfico. Tuvimos suerte: el viernes subieron las temperaturas y me he pasado desde entonces hasta hoy en camiseta (dicen que mañana refresca de nuevo). La primera foto que no os mando, del sábado 24 de diciembre, podría titularse "En camiseta en un área de servicio", para dar un poquito de envidia.

En Taichung nos quedamos una noche en casa de una amiga de Chen, Apple, casada y con tres hijas de 14, 15 y 16 años más o menos. Viven en una zona, barrio o municipio llamado Longjin, el Pozo del Dragón, nombre prefecto para donde íbamos a pasar la Nochebuena. Otra de las futuras fotos podría ser "El conejo blanco". Su casa se encuentra en una calle de restaurantes y tiendas, como las Ramblas pero cuesta arriba en la montaña, con multitud de turistas durante la tarde y la noche. Llegamos a eso de las cuatro y, después de tomar el té con la familia, quedamos con Dulce, una amiga taiwanesa que estudia en Taichung y a la que conocí en el metro de Madrid hace unos meses. Dimos una vuelta y luego fuimos a cenar de tapas en un salón de té. Todo estaba lleno de gente, las tiendas, los restaurantes: puro consumismo navideño, como en casa. Después, a eso de las diez, quedamos con otra amiga, Nathalie, y su marido, que nos llevaron en coche a una cafetería más cerca del centro de la ciudad. Como se acaban de casar en noviembre, procedimos al visionado mutuo y obligatorio de los álbumes de fotos correspondientes. En resumen, una tarde bastante animada, con muchas actividades.

El domingo 25, después de un desayuno abundante con la familia, nos pusimos en camino de vuelta a Pingtung. Primero visitamos el campus de la universidad de Tunghai ("Donghai"), en Taichung, muy espacioso y tranquilo, donde, además de facultades que más bien parecen templos de la ciudad japonesa de Nara, se encuentra la iglesia Capilla Memorial de Luce, del arquitecto I. M. Pei, construida a prueba de terremotos (es decir, de la ira divina):

http://en.wikipedia.org/wiki/Luce_Memorial_Chapel

En el campus sacamos fotos de un árbol de navidad y un par de belenes obra de los estudiantes. Ya en Pingtung, y después de la siesta, fuimos a la iglesia (cristiana) de Chen, donde había cena de navidad. Cada parroquiano llevó un plato distinto: pato de Pequín, sopa de almejas o de albóndigas de pescado, comida aborigen, gambas y langostinos, arroz y tallarines con carne, pescado o verduras etc. Nosotros, jamón serrano (traído de España) y pan blanco comprado en el Carrefour. Aparte de que nos pusimos las botas, tuve la impresión de encontrarme en el ambiente más apropiado posible para la cena de navidad: entre cristianos practicantes. Hubo un reparto de regalos al azar (para los más de 50 participantes, también para los que, como yo, no habían llevado un regalo desde casa, como lo del amigo invisible), y a mí me tocó hacer en una ocasión de mano inocente para extraer tres números del sorteo.

Los compañeros de la iglesia de Chen ya me conocen porque he aparecido por allí en varias ocasiones, creo que no sólo coincidiendo con cenas o similares. Uno de ellos es capitán de barco, y durante varios meses lleva un petrolero hasta Oriente Medio y luego disfruta de otro par de meses de permiso en Taiwán. Ayer charlamos durante un buen rato y me puso al corriente de las diferentes prácticas de piratería en Yibuti (Djibouti) o en el estrecho de Malaca, en el Mar de China Meridional.

Otra de las fotos que quería hacerme era una con una chica vestida de Papá Noel o Santa Claus, pero con falda, a ser posible una vendedora de betel (aunque dudo mucho que cambien de ropa con motivo de las fiestas) o, si no, una cajera de grandes almacenes. Pues bien, al final conseguí hacerme la foto. A ver si hay suerte y os la envío mañana.

Os deseamos tranquilidad y relax en los días que quedan hasta Nochevieja y Año Nuevo.

El fin de semana que viene tenemos pensado bajar a Kenting, en el sur. A ver si hay suerte, el sol calienta, y puedo empezar el 2006 dándome un baño en la playa.

20.12.05

creacionismo

El domingo 18, al subir al avión que me traería a Taiwán, cogí en el aeropuerto de Hong Kong un ejemplar del Sunday Morning Post, editado en inglés. En la página 22 encontré una historieta en 8 viñetas de la serie "Doonesbury" (que se publica también en el International Herald Tribune, si no recuerdo mal), del dibujante y guionista G. B. Trudeau. Trata del creacionismo, es decir, de la doctrina que niega la teoría de la evolución de Darwin y otros, y que afirma que la diversidad de especies biológicas es obra de un "diseño inteligente". No puedo resistirme a la tentación de traducirla. Que aproveche.

http://www.doonesbury.com/strip/dailydose/index.html?uc_full_date=20051218]

El médico observa a solas una radiografía y musita: "Uh. Oh". A continuación piensa para sus adentros: "Espero que sólo sea un creacionista de domingo".

Cuando muestra la radiografía al paciente, éste le pregunta, preocupado:

—¿T u b e r c u l o s i s? ¿Está s e g u r o?
—Me temo que sí. Pero la hemos pillado en fase temprana.
—¿Entonces el pronóstico es bueno?
—Depende. ¿Usted es creacionista?
—Esto, sí, bueno, lo soy. ¿Por qué lo pregunta?
—Porque tengo que saber si quiere que trate el bacilo de la tuberculosis tal y como era antes de los antibióticos... [cambio de viñeta] ... o como la cepa resistente a mútiples fármacos a la que ha evolucionado.
—¿Evolucionado?
—Usted elige. Si prefiere la versión del Arca de Noé, me limito a darle estreptomicina.
—Hm... ¿Y cómo son los nuevos fármacos?
—Son de diseño inteligente.

19.12.05

de King Kong a Pintung (pasando por Hong Kong)

He llegado bien y ya he pasado la primera noche en Pingtung. Pensaba haberos escrito antes de emprender el viaje para hablaros de mis últimos dos días en Estrasburgo; de su mercado de navidad con pista de patinaje sobre hielo al lado de la catedral; de las tres trufas y tres bombones de chocolate negro, los dos vasos de zumo de naranja caliente (en lugar del vino caliente, ponche, grog o como queráis llamarlo) y los dos ibuprofenos que me tomé para disipar el dolor de cabeza producido por el pleno nocturno del Parlamento Europeo de la noche anterior; de las dos películas que fui a ver, "King Kong" (insoportable tostón sentimentaloide spielbergdisneyesco de más de 3h de duración, ambientado en decorados de una mala película de los años 30, con dinosanfermines infográficos incluidos; malísima, pese a lo que afirman las críticas leídas hasta el momento) y "El arco" (del coreano Kim Ki Duk, y que me recuerda menos a la excelente "Hierro 3" que a la anterior "Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera"; al igual que ésta, "El arco" se puede y se deja ver, pero le faltan la redondez y rotundidad de la obra maestra del mismo director). Pensaba haberos contado todo eso y mucho más, pero de pronto me vi haciendo maletas y, en seguida, entrando en pista para despegar...

Tengo "jet lag" (o cronofatiga) después del triple vuelo de un total de 18 horas de duración. Al contrario de lo que temía o imaginaba, el vuelo largo entre Francfort y Hong Kong (de 11 horas) no se me hizo nada pesado porque tuve la suerte de tener libre el asiento contiguo en una fila de dos, con lo que no hubo que molestar a nadie ni tampoco que ser importunado para ir al servicio etc durante la pseudonoche del avión.

En el avión pusieron "Charlie y la fábrica de chocolate"; lástima que no encargaran hacer "King Kong" precisamente a Tim Burton, que habría podido aportar algo de humor y mala leche en lugar de tanta baba y lagrimilla. Otra cosa, por si se me olvida: os recomiendo adquirir la novela histórica que viene este miércoles con "El País", "Los idus de marzo", de Thornton Wilder. Y con esto pasamos a Taiwán de una vez por todas.

Nada más llegar, y tras dormir una siestecita, fuimos a un pueblo en las afueras de Pingtung donde se celebraba la conclusión de la restauración de un templo. La familia de Yingchen, una amiga de Chen, al igual que otras familias de la localidad, ofrecía una cena a más de un centenar de personas (al menos 15 mesas con no menos de 8 comensales cada una) bajo una carpa montada en un callejón, casi como si fuera un banquete de bodas, con todo tipo de platos... No estaba nada mal como "desayuno tardío" de bienvenida al país. De postre, además de fruta, había una especie de iceburger o hamburguesa de helado; me decidí a probarla engatusado por el envoltorio, cuando en realidad se trataba de un corte de helado no cuadrado sino redondo, con galleta fina industrial similar a la de los helados de bola cuyo presupuesto no da para barquillo; en fin, menos de lo que prometía.

En la casa de esta familia había cierta decoración navideña como el árbol engalanado con luces y otros adornos, o los cartelitos de "Merry Christmas" con purpurina. Al parecer, cada año que pasa los taiwaneses, en su mayoría no cristianos, van celebrando un poco más la navidad, tal vez como los europeos el Halloween, arrastrados por el imparable tsunami del consumismo folcloricorreligioso. Después de cenar fuimos a comprar al Carrefour, donde, además de algunos villancicos en la machacona música de fondo, las cajeras estaban vestidas de Santa Claus o Papá Noel, pero con falda (también esta mañana en el 7Eleven); algo así como el papa Benemérito XVI (el mote no es mío) con tricornio o, como escribió Maruja Torres, "papacornio".

Ahora estoy en la escuela de Chen, con un despacho a mi disposición para escribir o para echarme otra siestecita mientras ella trabaja. Esta mañana ella la tenía libre, y, como nos hemos levantado tarde, casi no hemos tenido tiempo más que para ir a la desayunería de su tía (donde he pedido, cómo no, tortilla de albahaca) y, al cabo de un rato, a un restaurante para almorzar con dos colegas suyos (mi plato: filete de anguila a la plancha con salsa japonesa). Todo el mundo dice que me encuentra más delgado, y eso que no me vieron antes de los diez días pasados entre Cabo de Gata y Estrasburgo, en los que no me privé de casi nada.

Una vez más me sorprendo de lo rápido que me adapto a la nueva normalidad de la vida en Pingtung. Los días en Madrid me resultan ahora, de pronto, lejanos y vagos. Aquí, aunque refresca de noche y hay que ponerse algo de abrigo, de día (sobre todo al sol) se puede ir en camisa. Es el invierno (sub)tropical, con temperaturas que oscilan entre los 14 y los 25 grados, poca humedad en el aire (al menos si se compara con el verano) y algún mosquito despistado.

13.12.05

martes y 13

Es martes y 13, día de mala suerte*. Aquí hace un frío que pela, pero por lo menos luce el sol, es un día claro y luminoso. Esta noche hay una copa-merienda con los colegas intérpretes españoles. *A mí me toca trabajar en el turno nocturno de la sesión plenaria, de 21h a 24h, así que sólo podré pasarme un rato antes para felicitar a los compañeros, brindar con ellos (sin alcohol, que luego curro) y probar alguna especialidad española de ésas que no voy a encontrar tan fácilmente a partir del sábado, como chorizo, lomo o jamón ibéricos, tortas de turrón imperial, frutas escarchadas de Aragón bañadas en chocolate etc...

Espero escribiros desde Pingtung, a 10.000 km de distancia, unas 20 horas de vuelo y 7 horas de diferencia horaria. Espero bañarme entero, no sólo los pies, en aguas del Pacífico... En fin, mejor no anticipar nada, ya os iré contando sobre la marcha.

12.12.05

puente y aparte

Hola a todos

y "feliz lo que os apetezca", cuando y donde sea. Escribo desde Estrasburgo, adonde he llegado hoy a mediodía, después de regresar ayer a Madrid de cinco días de puente entre Alicante y, sobre todo, la zona de Níjar-Cabo de Gata con compañeros de la facultad y familias (es decir, progenies). Me daba pereza ir, con tanto viaje, pero al final me animé y no me arrepiento. Me reservo el nombre del pueblico donde nos alojamos para que no se convierta en un nuevo Benidorm del s. XXI. Me ahorro también el contaros lo mucho y bien que comimos y bebimos en esos cinco días, y las tonterías que me dio tiempo a pensar y a decir. De las que hice, menciono dos: meter los pies en aguas del Mediterráneo, y emular a mis acompañantes al saltar desde la cima de una duna para caer de culo sobre la blanda, perfecta pendiente de arena (los demás lo hicieron casi hasta hartarse; yo, por cobarde, perezoso o acomodaticio, sólo una vez).

La noche del día 7, en el Centro de Títeres de Alicante, vimos el espectáculo de teatro de sombras de Richard Bradshaw: excelente "one man show", muy ocurrente y divertido, surrealista, genial en la aparente sencillez de varios de sus números, en especial aquéllos en los que el argumento y las imágenes creadas por las sombras se correspondían con la letra de alguna canción popular o similar, como en el caso de "Super Kangaroo" (Supercanguro).

En Cabo de Gata, en el punto de observación de los flamencos (de los que vuelan, no de los otros dos tipos), descubrí también la existencia de un pajarillo que sólo habita en esa zona y que se llama, vaya usted a saber por qué, "camachuelo trompetero" (en latín: Bucanetes githagineus).

Pues bien, este jueves vuelvo a Madrid, el viernes (des)hago maletas, y el sábado me voy a pasar el fin de año cristiano (y el chino también) con Chen en Taiwán. Si no cambian los planes, hasta el día 1 de febrero.

3.12.05

primer poema de diciembre

No son aún las nueve de la mañana del sábado, todavía no me he duchado, vestido ni desayunado, pero acabo de escribir mi primer poema de diciembre (como diría Monterroso: cuando me desperté, ya estaba ahí). Espero que os guste.
Aprovecho para desearos un puente largo y placentero.

Fatamorgana

Dejé de ver, de pronto,
el agua y las palmeras, el oasis
ilusorio. Al mismo tiempo
comprendí que también era espejismo
aquel desierto, y en lugar de sus dunas, sus arenas,
ahora creo reconocer las formas
del laberinto ineludible.


Fatamorgano

Mi chesis vidi, subite,
la akvon kaj la palmojn, la oazon
iluzian. Samtempe
mi ekkomprenis miragha
ankau tiun dezerton, anstatau kies dunoj, kies sabloj,
mi kredas nun rekoni la formojn
de la nepreterebla labirinto.

Madrid, 3.12.2005