En Pequín, ante el retrato de Mao de la plaza de Tian An Men o su reproducción en los billetes de banco de la moneda china, sentí la misma repugnancia que me producen la simbología y el imaginario franquistas (estatuas del dictador, banderas con el aguilucho, la cruz de la victoria, los arcos de triunfo, el tardofranquismo que aún perdura etc).
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La Puerta de la Paz Celestial (Tian An Men) en Pequín
Por suerte, aparte de la plaza y de la pasta, sólo me he encontrado al miserable de Mao en la esfera de los relojes de pulsera que se vende a los turistas, perfecta imagen del capitalismo dirigido por el "Partido Comunista" que impera en la China actual.
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El careto de Mao en un billete verdadero y uno falso
Acerca de Mao Tse-tong (así hay que pronunciarlo), recomiendo leer el excelente artículo "Larga vida al presidente Mao" (pincha aquí), de Antonio Muñoz Molina.
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