Hablemos de libros (nuestros otros amigos), no sólo de comidas sencillas y exquisitas. Desde hace unos diez o quince años, es decir, desde los cuatro años que viví en Bruselas, tengo en casa muchos libros, quizá demasiados, gran parte de ellos aún pendientes de lectura. Ya casi no compro ninguno, y en los últimos tiempos aprovecho para sacar lo que me apetece leer bien de la biblioteca municipal más cercana, bien de la universitaria de Humanidades. De ésta me he traído el estudio Teoría de la expresión poética (1ª ed. 1952; 2ª ed. 1976), al que en cierto modo venía siguiendo la pista desde que su autor, el poeta Carlos Bousoño, diera una interesantísima charla sobre la materia en el instituto donde cursé el bachillerato, el Gregorio Marañón, allá por 1982 ó 1983. Más vale tarde que nunca, y nunca es tarde si la bicha es buena... y ésta lo es, sin duda, a juzgar por las 60 páginas que he leído de las casi 1 100 de que constan sus dos volúmenes.
Alterno esta lectura con la de Ombroj de la kvara dimensio (Sombras de la cuarta dimensión), primer libro de poemas en esperanto del surafricano Edwin de Kock, publicado por el gran editor Juan Régulo (¡hola, amigo, allá donde te encuentres!) en La Laguna de Tenerife en 1961. Se trata, de hecho, de la relectura de uno de mis poetas preferidos.
El pasado fin de semana llevé a Extremadura un libro que había comprado antes de 1995, del siempre estimulante y ameno escritor José Ortega y Gasset (sí, escritor además de filósofo):
Ya sé que el título de El libro de las misiones no anima especialmente a su lectura; como si fuera a hablarnos de misioneros jesuitas o franciscanos en alguna selva de América Latina... Pues no. De hecho, me quedé de piedra al leer hace semana y media el índice de la obra, como si me hubiera estado esperando estos quince o veinte años pacientemente agazapada en el anonimato de la estantería:
Sería difícil recomendar un libro más pertinente y actual, con sus 160 páginas escritas antes de 1940, para todo aquel que se interese no ya por las bibliotecas, la universidad y la traducción (y no sólo desde un punto de vista o interés meramente gremial o profesional), sino también por las humanas actividades de hablar y callar, decir y significar, escribir y leer.
Así me gusta, que retomes viejos hábitos.
ResponderEliminarAnda, que la que he liado yo en el blog de César...
ResponderEliminarPor facha. Juas, juas, juas.
ResponderEliminari think i'm only now beginning to appreciate my library of books...
ResponderEliminarunintentionally i somehow have formed a library and i'm so happy for it.
i can appreciate your love of reading as well as the pleasure of selecting a book off the shelf and to share in it for the days or weeks to come... a moment in life connected to a particular story or tradition or historical happening...